BOLIVIA: GOBIERNO IZQUIERDISTA ESTATIZA FONDOS DE LAS AFP
El gobierno de Luis Arce y Evo Morales quieren evitar la catástrofe económica y miles de trabajadores quedarían sin jubilación. Desde el altiplano destacan que el Perú es el único país en el continente que enfrenta a los operadores del modelo totalitario.
Ante el ahogo político y el apremio económico, el presidente Luis Arce recurre a la experiencia de otros gobernantes populistas de la región y va por el último manotazo para obtener dinero: los fondos de pensión de las AFP
Bolivia en grave situación económica. El gobierno de Luis Arce, del MAS, el mismo partido de Evo Morales, echó mano a los fondos privados de las AFP, lo que para los expertos se trata técnicamente de una estatización. Otro país llevado a la ruina por el comunismo: Nicaragua, Cuba, Venezuela, Argentina y Bolivia. El próximo es Chile y en el Perú se lucha contra ese flagelo.
Ante el ahogo político y el apremio económico, el presidente Luis Arce recurre a la experiencia de otros gobernantes populistas de la región y va por el último manotazo para obtener dinero: los fondos de pensión de las AFP que esfumaría el dinero depositado por cientos de miles de trabajadores para cuando llegue el momento de su jubilación.
“Los peruanos son los únicos que luchan en el continente contra el modelo totalitario y represivo que busca controlar a la población mediante dádivas y subsidios para asegurar su base social. En el Perú lograron sacar al comunista Pedro Castillo”, escribió desde Bolivia Raquel Ortuno.
Al respecto el analista político José Barba Caballero señaló que Evo Morales, como todo comunista, siempre busca chivos expiatorios para justificar sus fracasos.
“Lo concreto es que el Estado boliviano está quebrado y va directo a una catástrofe motivada por la demagogia de este farsante que ahora ronda el Perú con la misma basura ideológica”.
Los números en rojo
Sobre el tema, se ha escrito mucho y parte del telón de fondo es la pelea interna y pública entre Evo Morales y el presidente Arce que nadie sabe hasta dónde puede llegar. Por el otro, la economía boliviana muestra cada vez más números en rojo. El déficit en las cuentas públicas alcanza nuevos récords. La inflación crece. Los maestros y otros gremios mantienen protestas diarias en las calles reclamando aumentos salariales que no llegan.
Los dólares para la importación se acabaron y distintos sectores industriales alzan sus reclamos por falta de insumos. El gas, ese oro invisible que tenía Bolivia, comienza a escasear por falta de inversiones. El riesgo país se dispara y se cierran los grifos para nuevos créditos en los mercados internacionales.
La historia es larga y lo tiene al actual presidente como coprotagonista en su anterior etapa como ministro de Economía de su padrino político devinido en némesis, Evo Morales, señala un artículo divulgado por Infobae. .
Los fondos como botín
Desde 1997, Bolivia tiene dos administradoras privadas de fondos de pensiones, o AFP, como se las conoce. Una de ellas está en manos del banco español BBVA y la otra pertenece a la aseguradora suiza Zurich.
Desde 2006, con la llegada de Morales al poder, tuvieron que soportar diferentes cambios en la Ley de Pensiones y otras normas relacionadas que fueron limitando su capacidad de inversión.
La reforma constitucional de 2010 directamente estableció que el Estado debía volver a administrar las jubilaciones y pensiones, pero lo cierto es que desde entonces se avanzó poco y desprolijamente.
Las reservas internacionales del Banco Central de Bolivia descendieron de 15.123 millones dólares en 2015 a sólo 3.538 millones en febrero de este año
La unidad creada por el gobierno boliviano para recuperar los activos administrados por los privados, llamada “Gestora”, se transformó en una formidable cáscara vacía que contrató a centenares de personas para administrar la nada misma porque se prefirió que los privados mantuviesen la gestión administrativa aunque una normativa cada vez más estricta las forzara a invertir todos sus fondos en activos nacionales y más aún: en bonos del tesoro boliviano que de a poco fue capturando los ahorros de los futuros jubilados como última fuente de financiamiento.
Es que las reservas internacionales del Banco Central de Bolivia descendieron de 15.123 millones dólares en 2015 a sólo 3.538 millones en febrero de este año, de los cuales apenas 302 millones están en divisas. Bolivia lleva una década con un déficit fiscal anual superior al 7% y la calificación de sus deuda soberana a disminuido de B+ a B.
Ante la imposibilidad de conseguir otras fuentes de financiamiento, el Gobierno ha optado por emitir Bonos Soberanos a 20, 30 y 50 años de plazo con tasas de interés de 4,8, 5,0 y 5,1% y venderlos a las AFP.