Boluarte de la mano con Biden: PAPELÓN A NIVEL DIPLOMÁTICO
Escribe: Alfredo Vignolo G. del V.
La regla más importante del protocolo diplomático es la de representar y proteger los intereses de los estados acreditantes en los estados receptores, bajo el amparo y la normativa del derecho internacional.
La aún ministra de Relaciones Exteriores, Ana Cecilia Gervasi solicitó presentarse en la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso de la República para explicar el absurdo y polémico viaje de la presidente Boluarte y su séquito, que realizó a los Estados Unidos para participar de la I Cumbre de los líderes de la Alianza de la Prosperidad Económica en las Américas.
La reacción inmediata de la canciller llega en medio de un tsunami de críticas de diversos sectores del Poder Legislativo por la frustrada reunión entre la presidente Boluarte con su homólogo norteamericano, Joe Biden, que nunca se llegó a concretar a pesar de que se anunció que sí se iba a dar en más de una oportunidad; a pesar de que la Casa Blanca no registra ningún encuentro programado entre Biden y Boluarte en su tradicional agenda de actividades, desde Torre Tagle insistieron en todo lo contrario y con evidentes contradicciones para tratar de evadir los cuestionamientos a este nuevo papelón internacional del Gobierno de Boluarte, el anterior episodio fue con el santo padre en el Vaticano.
Lo más absurdo es el oficio enviado por el ministerio de Relaciones Exteriores a la Comisión de Relaciones Exteriores del congreso de la República, en el que sostienen que la reunión entre Boluarte y Biden no se pudo dar debido a que… “los tiempos quedaron cortos”.
Sin embargo, la aún ministra Gervasi declaró a TV Perú que ambos dignatarios tuvieron un “encuentro privado” y sin “los protocolos que corresponden a una reunión bilateral” para hablar sobre diferentes temas que tienen en común.
“La presidenta Boluarte sostuvo una conversación privada con Biden sobre los temas de la agenda común, entre ellos, la lucha contra el narcotráfico y el fenómeno de las migraciones”, indicó Gervasi.
Tratando de forzar esta inverosímil versión con una serie de fotografías difundidas por el ministerio de Relaciones Exteriores, donde se observa a Boluarte con sonrisa de oreja a oreja que es llevada de la mano del mandatario estadounidense por los pasillos de la Casa Blanca hasta la sala de reuniones donde esperaban sus homólogos de otros países.
Es evidente la responsabilidad política de la ministra de Relaciones Exteriores de nuestro país, el único camino es su renuncia.
EL PROTOCOLO EN LAS RELACIONES DIPLOMÁTICAS
El protocolo diplomático es aquel que nos ayuda a conocer cuáles son las reglas establecidas, ya sea por costumbre o por decreto, para llevar a cabo actos oficiales religiosos, militares, diplomáticos o de gobierno.
Este protocolo es necesario para mantener una buena imagen y representación de los países más allá de sus fronteras.
El protocolo diplomático ayuda a los distintos países a mantener unas sanas “relaciones bilaterales”, siendo denominado país acreditante el que ejerce la visita o representación y país receptor el que ejerce de sede o anfitrión.
Unas relaciones bilaterales que no son otra cosa que ese acercamiento que se establece entre países por distintas causas, como por ejemplo el comercio, la cooperación, el diálogo político y social o las inversiones económicas y que deben desarrollarse de manera efectiva para el buen entendimiento entre dos estados.
A diferencia de otros tipos de protocolo, en el protocolo diplomático las normas no se establecen por parte de cada país, sino que se rigen por el principio de cortesía internacional, encargado de regular las relaciones entre países a nivel global y bajo un recíproco respeto.
Para ello, el protocolo diplomático consta de principios básicos, como son el respeto máximo a la independencia de las naciones y a la soberanía de los estados; el principio de igualdad entre estados soberanos y de absoluta integridad territorial; la no intromisión en los asuntos propios de los demás países bajo ningún concepto; el obligado cumplimiento de los tratados firmados y de las obligaciones y los acuerdos asumidos.
El no cumplimiento de estos principios de manera intencionada, o el quebrantamiento del principio de cortesía internacional, se considera un desprestigio hacia la imagen de un estado y un daño gravísimo a su autoridad y a su pueblo. Por ello es tan importante esa regulación suprema del protocolo diplomático, cuyas primeras normativas especiales e internacionales tuvieron lugar en 1815 y 1818 respectivamente, en el Congreso de Viena y en el de Aquisgrán.
A su vez, la instauración de estos convenios y documentos legales de política entre diferentes estados, fue convirtiendo poco a poco las normas de cortesía en puro derecho internacional, regulándose la actividad diplomática también a nivel jurídico en 1961, en la llamada “Convención de Viena sobre las relaciones diplomáticas”.
La diplomacia es la búsqueda de parámetros necesarios para unas relaciones sociales e internacionales basadas en el respeto mutuo y de su éxito dependen nada menos que la paz y la armonía entre países pues, como dijo el político y Premio Nobel de la Paz, Henry Kissinger: “la diplomacia es el arte de limitar el poder”.
Los principales actos en los que se aplica el protocolo diplomático son las Cumbres internacionales, las visitas de autoridades extranjeras (presidentes de gobierno, embajadores, etc.) y actos de gobierno, eventos y reuniones con mandatarios de otras naciones.
En este tipo de actos el protocolo en general es muy importante, pues de ello dependerá la imagen que transmita al exterior un determinado país, siendo el protocolo diplomático el encargado de regular aspectos como la recepción, saludos y despedidas de asistentes y representantes extranjeros, selección del idioma o de la vestimenta escogida para la ocasión, el uso adecuado de precedencias entre los asistentes y elaboración de listas, invitaciones, etcétera, manejo en el diseño y montaje de mesas, plan de asientos y colocación de invitados y el uso adecuado de banderas, himnos y demás símbolos nacionales.
La regla más importante del protocolo diplomático es la de representar y proteger los intereses de los estados acreditantes en los estados receptores, bajo el amparo y la normativa del derecho internacional.
Del mismo modo, y salvando siempre los intereses del estado acreditante, otras reglas diplomáticas importantes son la de promover las relaciones internacionales y de amistad entre países, la búsqueda del desarrollo y el avance común a través de acuerdos, negociaciones y proyectos conjuntos, la práctica de trámites y funciones consulares o, en casos excepcionales, la representación de algún tercer estado.
Las reglas del protocolo diplomático se aceptan de forma generalizada por parte de la comunidad internacional (englobándose en la cortesía, la etiqueta y el ceremonial) con el fin de evitar los conflictos y mantener la paz social, garantizando la comunicación y la concordia en un mundo enorme y global.
COROLARIO
Poco o nada le interesó al ministerio de Relaciones Exteriores cumplir con el referido protocolo desde el momento mismo que el Perú es Estado Parte, primero fue con la visita al Papa Francisco en el Vaticano y ahora el papelón de Boluarte en la Casa Blanca.