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¿CÓMO SER UN(A) MEJOR LÍDER?

Escribe: Diana Godoy Villalobos 

Psicóloga con estudios de coaching y maestría en gestión de personas. Directora de proyectos en Magenta (https://magenta.com.pe).

 

Liderar no es nada sencillo, pero tomando consciencia de quién soy, puedo empezar a trabajar en mí, aprender, desarrollar capacidades y con ello, tomar decisiones que me hagan un líder consciente

Hoy me preguntaron: “¿cómo puedo ser un mejor líder?”. Me quedé pensando mucho en esta pregunta, pues podría parecer sencilla de responder; sin embargo, no lo es. Lo que hice en ese momento fue repreguntar: ¿Qué es para ti ser un buen líder? Y caímos en cuenta de que, lo que para él significaba ser un “buen líder”, no necesariamente lo era para mí. Ahí encontramos nuestro primer desafío: entender de qué trata el liderazgo.
Existen muchas teorías, prácticas y abordajes en temas de liderazgo; sin embargo, hay algo en común en todas ellas, y es la necesidad de tomar consciencia de quiénes somos (sí, con “s” y “c”). Pero ¿Qué es la consciencia? Este término es muy amplio, y a veces difícil de explicar y entender. Para mí, consciencia no es más que mi capacidad de hacerme responsable de lo que pienso, siento y hago, y entender el impacto de esto y de mis decisiones, en los demás y en mi entorno. Una vez que empiezo a caer en cuenta de todo aquello, puedo hacerme cargo de mí mismo y puedo trabajar en impactar de manera positiva en otros. Eso para mí, es liderar.
Pero claro, ser un líder consciente no es ni fácil ni rápido. Hay varias cosas en qué trabajar y en qué ir adquiriendo más consciencia. Acá les cuento las que tienen más sentido para mí.
Lo primero es conectar(nos) con el propósito, porque solo de esta forma podremos inspirar a otros y alinearnos a la visión. Para esto debemos desarrollar una comunicación efectiva y asertiva; pero, sobre todo, apreciativa, pues es a través de la comunicación que inspiraremos a los demás y lograremos esa conexión tan necesaria para trabajar en conjunto.
Luego, hay que considerar, que para liderar es necesario generar relaciones basadas en la confianza, ya que eso permite que nuestro equipo se desenvuelva en un ambiente de estabilidad y seguridad psicológica, lo que propicia el empoderamiento y crea entornos donde las ideas nuevas sean bienvenidas.
Una vez que puedo comunicar e inspirar a mi equipo, y que nos relacionamos con confianza, lo siguiente es fomentar una mayor colaboración. Pero, ¿Cómo lo hago? Una de las vías podría ser desarrollando mi empatía y mostrando mi compromiso con cada miembro. Esto nos ayudará a sentirnos cada vez más unidos como equipo y nos dará un sentido de pertenencia.
Ahora, no todo es color de rosa. Conexión, inspiración y colaboración suenan lindo, pero, ¿qué pasa cuando nos enfrentamos al desafío de coordinar, cuando surgen conflictos o cuando no conciliamos ideas, modos de ser y nos tiramos la pelota culpando a otros? Un líder consciente podrá poner al servicio de otros, la capacidad de hacerse cargo para llegar a acuerdos que beneficien a la mayoría y encontrar los puntos en común para generar alineamiento.
Finalmente, no podemos llamarnos a nosotros mismos líderes, si es que no cumplimos con el objetivo de alcanzar resultados y, sin duda esto puede ser a veces uno de los retos más desafiantes al liderar. Es claro que los resultados no caen del cielo, hay que trabajar –y mucho– en conseguirlos, y para ello debemos usar nuestra creatividad y adaptabilidad, pero, sobre todo, debemos hacerlo con una actitud de aprendizaje constante.
Liderar no es nada sencillo, pero tomando consciencia de quién soy, puedo empezar a trabajar en mí, aprender, desarrollar capacidades y con ello, tomar decisiones que me hagan un líder consciente, capaz de acompañar a un equipo a hacer realidad lo posible.

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