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CON LAS MYPES

Escribe: Francisco Diez-Canseco Távara (*)

 

No se trata de privilegiar a este sector para que crezca en base al subsidio pero si de cumplir con normas como la que obliga al Estado a dar un porcentaje de sus compras a las pymes y mypes y proteger a nuestros empresarios de Gamarra del dumping

 

 

Antier, por cordial invitación, tuve la oportunidad de dirigir la palabra a una importante asamblea convocada por la asociación MYPES Unidas del Perú (MUP) que aglutina a un gran número de diferentes gremios de micro y pequeñas empresas en un escenario en el que las micro empresas representan el 95 por ciento de las empresas existentes en el Perú y las pequeñas empresas el 4 por ciento. Entre ambas suman el 95 por ciento.
Las mypes aportan el 21 por ciento del PBI y  el 47 por ciento del empleo o sea la mitad del empleo registrado en nuestra patria. Y estoy seguro que estas cifras se quedan cortas  en un país como el nuestro donde la mayor parte son informales y carecen, por tanto, de registros adecuados.
El nuestro es un país de emprendedores creativos y chamberos cuyo alto porcentaje de informalidad es en gran proporciòn consecuencia de un Estado corrupto e ineficiente en todos los niveles. Por ejemplo:  ¿Cuánto demora y cuánto cuesta realmente una licencia municipal ? O, ¿Son justificados los pagos mensuales del ITAN (que es un impuesto antitécnico, hace tiempo dejó de ser temporal y debe ser derogado) y aquellos  a cuenta del impuesto a la renta cuando el balance de fin de año puede resultar negativo ?
Por otro  lado, el mayor porcentaje del crédito es manejado por un pequeño grupo de bancos en una suerte de oligopolio, una de cuyas características es que tenemos el segundo spread más alto de América Latina después del Brasil con tasas de interés muy elevadas que afectan sobre todo a las pymes y mypes, vale decir a los emprendedores. Inclusive en el caso del programa Reactiva, el 50 % (unos 30 mil millones de soles) fue destinado a las grandes empresas que sólo representan el 1.3 por ciento de las unidades productivas y que, en general, gozan de tasas preferenciales y, en muchos casos, no requerían del apoyo financiero de ese programa.
En el agro, el pésimo y corrupto manejo que sufrió  Agrobanco es de público conocimiento otorgando créditos a empresas que luego no los pagaron y prescindiendo de las razones que generaron su creación que eran las de apoyar fundamentalmente a los pequeños productores.
Pero la vocación productiva y la resiliencia de los peruanos para desarrollar sus emprendimientos es realmente a prueba de balas como lo demuestra la expansión de mypes y pymes pese a la pandemia y los 17 meses de desgobierno de Pedro Castillo.
No se trata de privilegiar a este sector para que crezca en base al subsidio pero si de cumplir con normas como la que obliga al Estado a dar un porcentaje de sus compras a las pymes y mypes y proteger a nuestros empresarios de Gamarra del dumping de productos textiles chinos que tanto daño les ha hecho.
(*) Presidente de Perú Nación
     Presidente del Consejo por la Paz

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