Así estamos, con un gobierno sin rumbo y totalmente deslegitimado, un parlamento con integrantes inescrupulosos que dan vergüenza, sin propósito de enmienda y, con aspirantes a la presidencia y demás cargos de representación política que, lejos de ocuparse con seriedad en elaborar planteamientos que nos saquen de la crisis, lucen afiebradas actitudes de adelanto de una campaña electorera
El 26 de julio el Congreso eligió su cuarta Mesa Directiva en lo que va del periodo 2021-2026. 95 votos a favor del continuismo, optaron por la lista encabezada por APP (Presidencia) e integrada por FP (1era Vicepresidencia), PL (2da Vicepresidencia) y Avanza País (3ra Vicepresidencia); es decir, insistieron en una composición que; sin duda, obedece a intereses subalternos, tiene que ver con estrategias electoreras, blindaje a sus líderes y protección de actividades ilegales e informales. La presencia del representante del PL aferrándose la 2da Vicepresidencia, colma la capacidad de tolerancia y justifica la preocupación y condena a lo sucedido.
Un detalle. El mostrar la cédula de votación, luego de ser marcada en el acto normado para realizarse en secreto, no solo le quitó la seriedad que requiere la votación; sino que (aparte que debe ser sancionado), desnuda las “negociones-chantaje” perpetradas para “ganar la Mesa”. Sin duda, hubo compromisos con “facturas” a cobrar que pueden traducirse en el continuismo de la conformación de comisiones a gusto y medida de los intereses de grupo, más entregas de bonos inmorales, incremento del número de asesores, seguir dilatando tiempo para no sancionar a los que han devaluado los valores democráticos de la gestión parlamentaria.
El discurso del nuevo Presidente señalando el “carácter heterogéneo” de la nueva Mesa, anunciando que buscará consensos, disponiendo puertas abiertas de su Despacho y pontificando el objetivo del “bienestar y la democracia”, entre otras frases repetitivas en discursos de similares ocasiones, son insuficientes, no garantiza “recuperar la confianza de nuestro pueblo y la fortaleza del poder legislativo”; además, su recorrido por varias colectividades políticas, sus iniciativas legislativas que empoderan a la minería ilegal (así diga que ya no presentará más con similares objetivos), la trama para la subordinación del Ejecutivo a la dictadura congresal de la que forma parte, por disposición del dueño de su agrupación política, generan dudas sobre su idoneidad para cumplir sus promesas.
Más, si felicitó la cuestionada gestión de despilfarro y “bonos” inmorales de su antecesor y exhibió tibieza para referirse a la corrupción que anida en la institución que ya representa, generalizando dizque la aplicación de “sanciones con severidad” y en simultaneo, pasando por alto escandalosos casos que necesitan acción firme y oportuna como el de “los niños” que no solo son de AP y, otros que permanecen en la impunidad con tratamiento cómplice, haciendo correr el tiempo con la intención del olvido. El cumplimiento de los compromisos de la nueva Mesa, empieza por disponer una profilaxis a fondo de “la casa”, dentro de un proceso de reorganización integral y modificaciones de su reglamento, con el objetivo de restablecer la ética en la gestión parlamentaria. Si no es así, no hay nada.
Otro detalle. Instalada la Mesa Directiva (día 27) el Presidente declara instalada la Primera Legislatura Ordinaria del Periodo 2024-2025 del Congreso y, cita para el 28 de julio a un Pleno Solemne, a fin de escuchar el Mensaje (actividad central del aniversario patrio) que, por mandato constitucional dirigió la Presidenta. Sin embargo, el Congreso perpetra una burla al país, presentando un hemiciclo con escasa concurrencia de congresistas, en clara violación de los artículos 5 y 23 de su Reglamento. Al margen del cuestionado, insubsistente, dilatado y leído Mensaje de la Presidenta, cuyas flaquezas han sido señaladas y criticadas con objetividad por la casi totalidad de los titulares de los medios, la obligación de los congresistas era escuchar en sus escaños, para ejercer la competencia del control político con conocimiento y autoridad moral y cumpliendo con su Reglamento.
Así estamos, con un gobierno sin rumbo y totalmente deslegitimado, un parlamento con integrantes inescrupulosos que dan vergüenza, sin propósito de enmienda y, con aspirantes a la presidencia y demás cargos de representación política que, lejos de ocuparse con seriedad en elaborar planteamientos que nos saquen de la crisis, lucen afiebradas actitudes de adelanto de una campaña electorera por conseguir el poder, cebándose con los lamentables motivos que les regalan los poderes protagonistas del día central del aniversario patrio. Les sale barato el hacer protagonismo.