Navegar desde los canales oficiales de venta de las empresas. Los enlaces deben comenzar con «https://» y mostrar un candado en la esquina superior izquierda, lo que garantiza un certificado de seguridad. Evitar los enlaces sospechosos. No acceder a las páginas a través de ventanas emergentes, enlaces de correos electrónicos o mensajes de texto de origen dudoso. El phishing, vishing y smishing son técnicas comunes utilizadas para robar información confidencial. Proteger la información de las tarjetas. No se debe compartir datos sensibles como la clave secreta, número de tarjeta, código CVV o fecha de emisión. Es importante revisar constantemente el estado de cuenta de las tarjetas a través de las aplicaciones móviles de los bancos para detectar movimientos sospechosos. En caso de pérdida o robo, contactar de inmediato con la entidad financiera para bloquear la tarjeta y obtener un código de seguimiento. Comprar en establecimientos formales, para lo cual se debe asegurar que el vendedor esté identificado plenamente. La empresa debe contar con RUC, emitir comprobantes de pago y disponer de un Libro de Reclamaciones virtual. Además, es importante revisar sus antecedentes en cuanto a sanciones a través del enlace: Mira a quién le compras