DESTACADASOPINIÓN

DE GUATEMALA EN GUATEPEOR

Escribe: Francisco Diez Canseco Távara

 

Parte de este esquema es la izquierda caviar, seudo defensora de los Derechos Humanos y de las minorías vulnerables que ha pretendido convertir temas tan sensibles en sus feudos políticos e ideológicos

 

La semana pasada se puso en evidencia, en forma descarnada, la  falta de principios de quienes hoy en mayoría integran el Congreso de la República, los contubernios viles entre las bancadas -si así se les puede llamar- y, en suma, la profunda crisis moral por la que atraviesan los partidos políticos ahí representados mayoritariamente por personajes ignorantes que creen que el Estado es un botín al que pueden acceder con total impunidad y que la política es el arte de usar el voto popular en su propio beneficio y no para servir al país.
El eje de esta situación se encuentra en un sistema que, sobre bases democráticas, ha ido cayendo en una  plutocracia que, en la vieja definición de Jenofonte, no es otra cosa que el gobierno o el manejo del gobierno por los más ricos, aquellos que con plata como cancha y por vía directa como “dueños” de partidos políticos o por ruta indirecta -léase financiación o coima- utilizan los recursos del Estado como si fueran propios a través de políticos corruptos que son los que han manchado la Presidencia del Perú desde 1985.
Parte de este esquema es la izquierda caviar, seudo defensora de los Derechos Humanos y de las minorías vulnerables que ha pretendido convertir temas tan sensibles en sus feudos políticos e ideológicos para, a través de ellos, manejar instituciones claves como la Defensoría del Pueblo y vivir de las asesorías estatales y de la cooperación internacional con jugosos estipendios, mientras en forma indubitable son el brazo legal de los terroristas en el Perú.
Era indispensable sacar a los caviares de la Defensoría del Pueblo, uno de sus últimos reductos después de haber perdido el control de la SUNEDU y el Tribunal Constitucional y luego de que, para preservar el mandato provisional de Eliana Revollar, acudieron a una tinterillada a través del sindicato de esa institución.
Pero no a costa de una sinverguenzada con acuerdos bajo la mesa que ha colocado como Defensor del Pueblo a un personaje impresentable y a blindado a cuatro congresistas corruptos para asegurar sus votos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *