Ex alcalde provincial de Huancayo y ex parlamentario
el número de accidentes e interrupciones en la C.C. es dramática. La solución no pude ni debe esperar, más si seguimos siendo objetos de los fiascos llamados Concesión, como el de la C.C. a la colombina DEVIANDES
Preocupa la demora en oficializar el trazo final para la nueva Carretera Central (C.C) que, es la solución planteada por la macro región central ante su añejo colapso y que, en estos días, motiva controversias técnicas y de costo beneficio, entre la “Comisión Técnica Multisectorial de Apoyo a la Construcción de la Nueva C.C de 4 Carriles” (fuerzas vivas y GORE-Junín) cuyo expediente técnico propone el trazo Huaycán-Yauli y, la Comisión de Transportes del CIP-Lima y GORE-Lima Provincias, que cuentan con un Perfil al 65% y trazo al 100%, La Chutana (Panamericana Sur) – Pachacayo (Jauja).
La polémica que los ciudadanos percibimos, es avivada por las observaciones del gobierno francés al expediente del GORE-Junín con el que se firmó el contrato de ejecución “gobierno a gobierno” -el mismo que viene modificando- y por su excesiva reserva para informar sobre sus avances; así como por la posición de un nuevo trazo, propuesta que sustenta el GORE y CIP Lima.
La situación urge de una resolución final (oficialización del trazo definitivo) al margen de cualquier posición burocrática o política, pues están en juego: un real beneficio a la población y una inversión proyectada inicialmente en 3,500 millones de dólares que, sufriría un incremento de más del 50 % por las modificaciones en marcha; pues, el kilometraje se incrementará de 136 a 180 km, no habiendo referencias serias sobre el cronograma de ejecución (culminación) de la obra, que se aproximaría al 2035. Ya van más de 5 años en la etapa de elaboración del expediente técnico.
Así mismo; urge un debate técnico público, sobre costo beneficio y un FODA, que permita asumir una resolución urgente, definitiva y responsable en cuanto a la calidad de la inversión y se eviten enfrentamientos estériles. El lado francés debe abrir la información sobre sus avances en el expediente técnico.
A hoy, el número de accidentes e interrupciones en la C.C. es dramática. La solución no pude ni debe esperar, más si seguimos siendo objetos de los fiascos llamados Concesión, como el de la C.C. a la colombina DEVIANDES, cuyo contrato debe, pero no se revisa, pese a las sospechas de corrupción y el del FF.CC. a Ferrovías Central Andina, con un horizonte a 60 años, que hasta estos días no priva del servicio diario, moderno y seguro de pasajeros.
La pregunta cae de madura. A quién o a quiénes corresponde el determinar el Trazo final de la C.C. y -por lo menos- revisar el cumplimiento de los llamados “Contratos de Concesión”, ante el “desinterés” de congresistas, CGR, supervisoras, reguladoras y del propio sector transportes. Allí lo dejo.