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DIMENSIONES ESPIRITUALES

Gustavo Blanco Ocharan

gblancocoticars@gmail.com

 

Según los estrategas, consultores y gestores “aquello que no se puede medir, no se puede controlar”, expresión con la que sustentan aquella necesidad de cuantificar todo para que la evaluación de cualquier plan, proyecto o gestión sea controlado y monitoreado con objetividad.
Esta afirmación categórica tiene especial importancia en el mundo tangible de la forma, en tanto pongamos una dimensión de tiempo y un indicador numérico o unidad de medida a los objetivos que ejecutemos mucho más eficaces y eficientes seremos en términos físicos y materiales.
La gestión organizacional en todas sus variantes, incluida la gestión personal, suele medirse simplemente en términos de éxito o fracaso, respecto a los resultados alcanzados.
El mundo del espíritu, es el mundo de la no forma, el campo de la abstracción, la invisibilidad y del no tiempo, que son atributos propios de lo que ilustrativamente denominaremos “dimensiones espirituales”.
Dentro de la “gestión espiritual” resulta mucho más relevante el proceso que el resultado, y los indicadores están más asociados con trascender en función de la experiencia y el aprendizaje; el crecimiento y la evolución; el desapego y la autonomía.
En las esferas intangibles los conceptos del  éxito, expresados en resultados, ganancias, logros, triunfos, victorias, conquistas, inversiones, riqueza e incluso prosperidad material carecen de sentido y simplemente se sumergen en la corriente ondulante de la energía que todo lo integra, todo lo procesa sin juzgar ni diferenciar; toda vez que, en la esfera espiritual simplemente “todos somos uno”.
Sin duda una gestión por resultados, tanto como una vida con planes, proyectos y objetivos nos inducen a la superación y a la mejora continua como un principio de cambio favorable; el único detalle es que, estos indicadores solo satisfacen las fantasías desbocadas del ego; queremos sentirnos valiosos, capaces, poderosos, demostrando y exhibiendo logros; sin embargo, no siempre esos indicadores o esas necesidades satisfechas nos proporcionan, equilibrio, paz ni trascendencia, y es donde emergen ciertos vacíos, brota la insatisfacción, perdemos cierto sentido y encanto por la vida, lo que de alguna manera nos genera, estrés, ansiedad, angustia, depresión entre otras muestras de insatisfacción.
Cuando estas últimas manifestaciones mencionadas son únicamente  transitorias, superficiales y pasajeras no representan ningún peligro; son parte de los vaivenes de la vida, pero si se profundizan, perduran y empeoran son una señal de preocupación toda vez que se afecta el equilibrio emocional y el núcleo espiritual del ser.
La salud mental y el equilibrio espiritual dependen directamente de la voluntad del ser, del estilo de vida y la manera como interpretamos la realidad, por ello nunca debemos perder la perspectiva que lo material es efímero y lo espiritual eterno y que nuestra verdadera esencia es espiritual, por ello nuestro mayor desafío es descubrir nuestro potencial interior.
Todo ser humano posee un componente espiritual, único, especial, propio y exclusivo que es anterior y superior al cuerpo y la mente; en el momento que reconocemos y procesamos esta presencia real pero invisible es cuando despertamos y tomamos consciencia de nuestra connotación inmortal y divina.
La expresión “dimensión espiritual”  contiene de hecho un contrasentido pues la naturaleza del espíritu es inconmensurable y el término “dimensión” sugiere delimitación y medida, de ahí que únicamente la utilizamos de una manera gráfica para diferenciar por ejemplo la dimensión corporal, mental, emocional y espiritual en el ser humano, siendo esta última aún para muchos la dimensión desconocida que la Vida les invita a descubrir para que dejemos tanto de aparentar, acumular, juzgar y afectar nuestro entorno y comencemos un poquito más a valorar, compartir, perdonar, amar y respetar la existencia, en suma activar la consciencia para re conectarnos con el Espíritu Infinito.
La esencia de la vida está exenta de medidas  y dimensiones y está repleta de libertad, abundancia y gracia ilimitada; solo debemos hacer consciente nuestra naturaleza espiritual y dejar fluir toda nuestra energía, con intención y consciencia pura como seres de luz que producen e irradian vida.
California junio 19, 2022.
Autor de Mis mejores autos: Un manual de vida.

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