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EEUU: Refuerza su apuesta en el Sáhara marroquí a través de las inversiones.

El Gobierno de Estados Unidos ha decidido dar un paso adelante en su vinculación bilateral con el Reino de Marruecos, tras reconocer oficialmente la soberanía de Rabat sobre sus provincias del sur, esta vez moviendo sus fichas económicas en el tablero magrebí.

 

Reconocerán los EE.UU. la soberanía marroquí sobre el Sáhara?

 

Washington respalda tanto política como económicamente el reconocimiento de la soberanía marroquí en el Sáhara, con una batería de iniciativas destinadas a atraer inversiones

Este anuncio fue revelado por el Secretario de Estado americano adjunto, Christopher Landau, el miércoles en Nueva York, en una declaración a la prensa después de su reunión con el jefe de la diplomacia marroquí Nasser Bourita, subrayando que «Estados Unidos ha reconocido la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara, y en el marco de las iniciativas globales de la administración Trump destinadas a promover la diplomacia económica y comercial, nos complace anunciar que vamos a impulsar a las empresas estadounidenses que deseen invertir en esta región de Marruecos».

Por otra parte, el representante norteamericano subrayó la fortaleza de los históricos lazos entre Rabat y Washington, y detalló que ambos países asumen el compromiso de trabajar coordinadamente para fortalecer la prosperidad y la seguridad en el Magreb.

Es de relievar que la declaración realizada por el diplomático americano, Christopher Landau, marca un nuevo capítulo en la relación bilateral estratégica entre Washington y Rabat, ya que, tras el reconocimiento formal, durante el primer mandato del Presidente Trump, de la soberanía marroquí sobre el Sahara, Washington impulsa ahora su política de inversiones en esta región, invitando a empresas norteamericanas a aprovechar las fructíferas oportunidades económicas y de negocio que surgen en el Sáhara marroquí.

Esta postura oficial norteamericana representa, sin lugar a dudas, una continuidad de la doctrina diplomática adoptada por la administración Trump en diciembre de 2020 y refrendada por la actual administración, que considera a Marruecos un eje clave en la política de estabilidad, seguridad y desarrollo del norte de África y el Sahel.

Pocos saben que el vínculo entre ambos países está fundado sobre una relación histórica de más de dos siglos. En efecto, en el año 1777, el sultán Mohamed III de Marruecos envió una carta oficial al Congreso Continental de Estados Unidos mediante la cual reconocía a la nueva nación, y disponía que los barcos estadounidenses podrían acceder a los puertos marroquíes en igualdad de condiciones que otras potencias con las que Marruecos ya mantenía tratados.

Esta dimensión histórica se traslada hoy a una alianza estratégica, caracterizada tanto por la cooperación militar, donde Marruecos actúa como socio central en ejercicios y acuerdos bilaterales, como por la intensificación de los lazos económicos y comerciales.

En la actualidad, la administración estadounidense mantiene su compromiso de trabajar de la mano con Rabat para promover la paz, el desarrollo y la estabilidad del Magreb y de la región del Atlántico africano. El diálogo permanente entre ambos gobiernos se traduce en una hoja de ruta que prioriza la lucha contra el extremismo, el fortalecimiento institucional y la integración económica a través de inversiones tangibles en las Provincias del Sur.

En definitiva, la interlocución entre ambos gobiernos parece destinada no solo a reforzar lazos bilaterales, sino también a proyectar un mensaje claro: Washington respalda tanto política como económicamente el reconocimiento de la soberanía marroquí en el Sáhara, con una batería de iniciativas destinadas a atraer inversiones que posicionen a las Provincias del Sur como un nodo clave para la presencia estadounidense en el norte de África.

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