«EL CONGRESO HA CAPITULADO ANTE AL EJECUTIVO»
Desde diversos sectores lamentan la complicidad o ingenuidad de los legisladores de no levantar su voz de protesta frente al “cinismo” de Aníbal Torres cuando atacó a la fiscal de la Nación o cuando dejó en claro que el objetivo es el cierre del Parlamento.
una lamentable ingenuidad frente al Gobierno más corrupto e incompetente de la historia
El jefe del Gabinete Aníbal Torres “exhibió nuevamente en el Congreso su cinismo; lo hizo ante un hemiciclo que parece haber capitulado”, dijo el exministro y docente universitarios Juan Sheput al analizar la presentación del representante del Ejecutivo que planteó cuestión de confianza para con la finalidad de que se derogue la ley que limita el referéndum.
La apreciación de Sheput se produjo en momentos que diversos sectores democráticos lamentan “el avasallamiento” del Legislativo por parte del Gobierno que apunta al cierre de este poder del Estado.
“Lo que ha sufrido el Congreso es el costo de no haber censurado a Torres Vásquez como correspondía en su momento. Debe negársele la confianza para que entre en crisis todo el gabinete y se marchen”, agregó.
Con el tono enérgico que la caracteriza, la excongresista Lourdes Alcorta señaló que la “cuestión de confianza” presentada por el Ejecutivo es una abierta afrenta al Tribunal Constitucional (TC ) que ya se pronunció sobre el tema. “Esta gentuza del gobierno no creen en nada ni nadie. Hacen lo que les da la gana. Si el Congreso no lo vaca los van a cerrar sí o sí”.
El pronóstico sobre lo que pasará en el país en lo político, económico y de la institucionalidad abre grandes interrogantes por la pasividad del Congreso, y de su presidente, José William Zapata, al mostrar “una lamentable ingenuidad frente al Gobierno ‘más corrupto e incompetente de la historia’”, comentan.
“Esto es puro show por parte del Gobierno, pero ¿se imaginan en qué clase de país nos convertiremos con una nueva Constitución hecha por esta gentuza que nos ‘gobierna’ y sus aliados? Se interrogó Javier Deledda.
se convierten en cómplices del cierre del legislativo, gracias a su ingenuidad o por el interés de conservar sus curules para mantener sus gollerías