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EL DON DE LA GRATITUD

Gustavo Blanco Ocharan

 

gblancociticars@gmail.com

Agradecer es un hábito que nos permite alimentar el espíritu, cuando brota desde lo más profundo del ser, adopta cualidades magnéticas porque expresa la esencia de la energía manifestándose como una parte de nuestra identidad.
La gratitud es una muestra de reconocimiento que nos permite identificar la presencia tanto del prójimo como de las condiciones del entorno; muchas veces asumimos que estos factores son espontáneos y que de alguna manera han sido dados y nos pertenecen; sin embargo, reflexionando un poco más sobre todas las personas y circunstancias con las que interactuamos concluimos que todo tiene un propósito, forman parte de nuestra experiencia de vida, y sea que produzcan en nosotros momentos de felicidad, neutralidad o desdicha, están ahí para formarnos y hacernos crecer física, mental, emocional y espiritualmente; de manera que, lo más sensato es agradecer a todos y a todo por ser y por estar.
Reconocer es comenzar a despertar los niveles de consciencia que mejor armonizan con las frecuencias vibratorias del universo, donde esa melodía eterna de expansión y contracción nos inspira para valorar cada instante, cada momento, cada día como un regalo que es en su integridad nuestra propia vida.
El don de la gratitud es una muestra de bondad, un gesto de humildad y una expresión de sabiduría que nos permite experimentar estados de paz y bienestar; siendo así, es importante agradecer por todo, no solo por aquellos momentos de dicha y felicidad, sino también por los problemas y circunstancias difíciles que como parte de la vida afrontamos, manteniendo una actitud positiva podemos alcanzar el equilibrio para que ninguna situación externa nos desborde.
Ser humilde no quiere decir que te menosprecies; al contrario es una muestra que eres verdaderamente consciente de tu naturaleza y de tu grandeza, auto valorándote con sabiduría; porque te sabes un ser único pero también una parte de ese todo superior que es el Universo, donde nada es casual y todo está interconectado; entonces cada uno, desde esa identidad compleja que es el ser, que en esencia es energía vibrando, nos integramos con esa armonía superior con la que estamos de alguna manera vinculados, esa divinidad que consideramos Dios, la Fuente Eterna. El Espíritu Infinito.
Comencemos por agradecer por la vida misma que en esencia es de por sí un milagro de la naturaleza; por los dones y talentos que real y potencialmente poseemos; por los lazos personales, familiares y sociales que cada día formamos; por las oportunidades y los desafíos; por los triunfos y logros que reafirman nuestras cualidades pero también por los problemas y fracasos que son las ocasiones donde se pone a prueba nuestra fortaleza y resiliencia.
Comienza y termina tu día agradeciendo; a todos y por todo, porque el hábito de la gratitud te edifica, te fortalece, te hace más sabio y más humano; porque agradeciendo allanara el camino de la plenitud, descubrirás  corazones y amistades maravillosas; reconocerás la integridad del prójimo; la generosidad de la naturaleza y la bondad de cada circunstancia
Cuando vives desde la gratitud dejas de juzgar y al hacerlo te liberas de cargas, prejuicios y dogmas, porque el don de la gratitud se cultiva con perdón y compasión, comprendiendo que  cada ser humano recorre su camino espiritual con autonomía y que las únicas decisiones sobre las que nos hacemos responsables son las nuestras y por ese motivo también debemos agradecer con sinceridad.
La vida es un regalo y el ser agradecido un don espiritual que trasciende el espacio físico, temporal  y material y te encamina a trascender.
La búsqueda de la felicidad ha sido siempre un desafío filosófico existencial, quizás de manera sencilla podamos ser felices a cada instante sea simplemente agradeciendo, porque es una manera de dar y darnos en espíritu y en verdad.
Gracias por ser, por leer y por estar.
California mayo 14, 2023

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