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EL ESTADO DEBE GARANTIZAR LA MINERÍA MODERNA, EL GRAN MOTOR ANTIPOBREZA

El año que culmina desató la recesión económica, una recesión que no tiene que ver con imprevistos en la economía internacional, sino exclusivamente con la crisis política peruana. Si bien el fenómeno de El Niño y la imposibilidad de desarrollar la primera temporada de pesca le restaron cifras al crecimiento, es la tendencia imparable en la caída de la inversión privada la causa principal de la recesión. Si en pleno superciclo de precios de los metales la inversión privada hubiese seguido creciendo, ningún evento climático habría puesto al PBI en recesión.

 

La ley debe resguardar a Las Bambas y a las minas modernas en el sur

 

Una de las causas del desplome de la inversión privada es la caída de la inversión minera. Y la inversión minera cayó porque durante un año y medio de gobierno de Pedro Castillo no solo se promovió la constituyente y las nacionalizaciones, sino que se empoderó al radicalismo antiminero en el desarrollo de la violencia en contra de la minería moderna.
En el caso de Las Bambas, una de las diez minas de cobre más grande del planeta, a finales del gobierno de Castillo se habían acumulado más de 17 meses de interrupciones en el corredor vial del sur que impidieron trasladar el mineral al puerto. Una megainversión de más de US$ 10,000 millones que cualquier país minero (Canadá, Australia, Chile) quisiera acoger, se desarrollaba en una especie de Far West en los andes sureños del país. Decenas de radicales y violentistas bloqueaban las carreteras pretendiendo extorsionar a la empresa minera.
Pero no solo se trató de bloqueos en la carretera. El plan de desarrollo de Las Bambas contempla la entrada en operaciones del tajo Chalcobamba, que debe reemplazar el agotamiento natural del tajo Ferrobamba (que se explota desde el inicio de las operaciones). Sin embargo, unas decenas de pobladores invadieron el tajo Chalcobamba y comenzaron a desarrollar minería ilegal.
En este contexto, los bloqueos de la carretera y la invasión del tajo mencionado trajeron abajo la producción de Las Bambas. El año pasado en vez de producir 400,000 toneladas métricas de cobre (TMC) la señalada mina apenas produjo 220,000 TMC. Un verdadero crimen social para la región Apurímac, cuyos ingresos, en más de un 75% dependen del canon y las regalías que aporta Las Bambas. ¿Cómo entonces el Perú no va a entrar en recesión ante la devastación que desató el gobierno de Castillo? ¿Cómo así se va a evitar la caída de la inversión minera y la privada en general?

el Estado no puede permitir que Las Bambas y que la minería moderna sigan bajo el asedio y la violencia de las minorías radicales antimineras.

A pesar de todos estos problemas, Las Bambas sigue siendo el principal motor antipobreza en la región Apurímac. El año pasado mientras la pobreza nacional se ubicaba sobre el 27.5% (hoy puede llegar al 30%) en Apurímac este flagelo estaba en 24.7%. Era la primera vez en la historia republicana que la pobreza apurimeña se ubicaba debajo del promedio nacional. Se trataba del mayor proceso de reducción pobreza en una región luego de la pandemia.
Los beneficios de Las Bambas para Apurímac son enormes. Desde el inicio de las operaciones el PBI regional se incrementó en 200% aproximadamente y pasó de ser una región ubicada en los últimos lugares de asignación presupuestal a una de las primeras.
Asimismo, vale señalar que Las Bambas genera cerca de 8,000 puestos de trabajo directos y más de 75,000 indirectos. Por otro lado, en las áreas de influencia directa, la mina ha promovido una red empresarial de servicios en alimentación, transporte, hotelería y servicios mecánicos que explica la creación de empleo y la reducción de pobreza que se registra en la región.
Por todas estas consideraciones, es evidente, es incuestionable, que el Estado no puede permitir que Las Bambas y que la minería moderna sigan bajo el asedio y la violencia de las minorías radicales antimineras.
TOMADO DE: El Montonero

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