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EL INTOCABLE

Por: Luis Gonzales Posada.

 

En suma, pretende ser un intocable a quien nadie puede fiscalizar, menos denunciar penalmente en base al lapidario informe del Tribunal Constitucional que puso al descubierto las trapacerías del ente electoral.

 

El magistrado Jorge Luis Salas Arenas (JLSA) se aferra desesperadamente a la presidencia del Jurado Nacional de Elecciones (JNE). Lo hace a pesar que la sentencia 297/2023 del Tribunal Constitucional (TC) descalificó su actuación por encontrarse “acreditada la vulneración a la participación política” del Partido Aprista Peruano, ilegalmente excluido de presentar listas al Congreso y al Parlamento Andino en las elecciones del 2021. De esa manera, el JNE causó un daño irreparable a esa agrupación y a los electores que no pudieron sufragar por sus candidatos, al igual que hizo con el PPC.
A contrario sensu, JLSA no tuvo reparos en aprobar el registro de Perú Libre, soslayando que presentaron una lista incompleta, con sólo un candidato a la vicepresidencia, violando el artículo 111 de la Constitución que dice que “junto con el presidente de la República son elegidos, de la misma manera, con los mismos requisitos y por igual término, dos vicepresidentes”.
Más aún, como sostuvimos en el diario Expreso el 24/06/2023, “Salas Arenas pasó por alto que la actual mandataria no podía participar en los comicios porque formaba parte del sistema electoral en su condición de jefe de una oficina de Surco del RENIEC, y tampoco Pedro Castillo por no declarar que era socio del Consorcio Chotano de Inversionistas Emprendedores JOP”.
Esperábamos que luego de la sentencia del TC, JLSA renunciara o que la Corte Suprema dispusiera reemplazarlo por un vocal idóneo, lo que no ha sucedido. Más bien, el controvertido magistrado afirma ser víctima de persecución política del Parlamento y ha solicitado una nueva medida cautelar a la OEA, que en junio de 2021 emitió una primera resolución manifestando que él y su familia se encontraban “en situación de gravedad y urgencia, teniendo en cuenta que sus derechos a la vida e integridad personal enfrentan un grave riesgo”.
A esa absurda conclusión llegaron en la OEA en base a recortes periodísticos, bulos, trascendidos o cuestionamientos a la deplorable actuación de JLSA, agregando que, por ello, la dirección de Seguridad del Estado brindaba al quejoso protección policial día y noche, en su domicilio y oficina, asignándole 7 efectivos, una patrulla y una motocicleta. También deben haber considerado una “amenaza” que diversos medios recordaran su pasado en Arequipa, cuando formó parte del partido marxista-leninista Patria Roja, defendió a un terrorista y como juez absolvió a dos subversivos.
La OEA, sin embargo, tiene escaso prestigio y credibilidad. Recordemos que un Grupo de Alto Nivel del Consejo Permanente visitó al país el 23 noviembre del 2022, a solicitud de Pedro Castillo y del canciller César Landa, que activaron la Carta Democrática denunciando la posibilidad de un golpe de Estado contra el profesor chotano que, paradójicamente, fue quien intentó ejecutarlo 17 días después, ordenando el cierre del Congreso, la intervención de los poderes públicos y la detención de la Fiscal de la Nación.
El reporte presentado por ese Grupo sostuvo que “existen sectores que promueven el racismo y la discriminación y no aceptan que una persona ajena a los círculos políticos tradicionales ocupe la silla presidencial. Esto se ha traducido en improperios e insultos hacia la imagen del presidente”.
Fueron, sin duda, reflexiones disparatadas, en la misma línea de los argumentos de Gustavo Petro, López Obrador, Evo Morales y del colectivo del socialismo del siglo XXI, que han construido una narrativa a favor del golpista chotano, exigiendo su retorno al poder.
Pero JLSA es infatigable en su lucha por atornillarse en el puesto, reiterando que lo amenazan de muerte en las redes sociales y que “la democracia está en peligro”. En suma, pretende ser un intocable a quien nadie puede fiscalizar, menos denunciar penalmente en base al lapidario informe del Tribunal Constitucional que puso al descubierto las trapacerías del ente electoral. Su tracalera maniobra se apoya en coordinadas portadas que publican diarios de izquierda, que sirven de insumo a los injerencistas dictámenes de la OEA.

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