El puente entre la razón y el ser es la consciencia.
La función cerebral no se reduce únicamente a los pensamientos que se generan en la mente sino que abarca distintos y complejos procesos neurológicos interconectados con otros órganos y funciones del cuerpo humano como el corazón, los pulmones, la piel, los intestinos; los diferentes sistemas como el respiratorio, circulatorio, digestivo, reproductivo, aunado a los sentidos básicos conocidos que nos permiten ver, oír, degustar, oler y tocar; todas estas funciones se realizan de manera coordinada y responden a las órdenes emitidas desde nuestro gran sistema nervioso central.
En todos los procesos vitales descritos se observa un denominador común la descarga de energía; es decir, todos sistemas y funciones vitales actúan impulsados por descargas eléctricas que permiten el funcionamiento integral del ser humano como ente biológicamente vivo; sin embargo, la vida misma es generada, sostenida y detenida por la energía.
Existen procesos fisiológicos observables que la medicina estudia; como los hay otros más abstractos y complejos como las emociones y conexiones mentales que la psicología, la neurología y la psiquiatría tratan, como también existen manifestaciones mucho más sutiles anidadas en los dominios del alma y el espíritu que solo pueden ser procesadas a través de la intuición y discernidas a través de la consciencia.
Lo cierto es que el ser humano es una creación altamente compleja y sofisticada con sorprendentes similitudes que se relacionan con en orden, abundancia, complejidad y manifestaciones del mismo Universo, confirmando los 7 principios herméticos a los que se refiere el Kybalion:
Principios de Mentalismo (el Todo es Mente, el Universo es Mental);
Correspondencia(como es arriba, es abajo, como es adentro es afuera);
Vibración(Nada descansa; todo se mueve; todo vibra);
Polaridad (todo es dual, todo tiene polos);
Ritmo (todo fluye, hacia afuera y hacia adentro, izquierda y derecha, el ritmo compensa);
Causa-Efecto(nada escapa a la ley, el azar es un nombre para la ley no reconocida); y Género (todo se crea con energías masculinas y femeninas, poseemos ambas).
Se dice que la realidad no es lo que es sino lo que somos; esta afirmación que parecería sonar algo confusa encierra un profundo mensaje: podemos y de hecho somos co creadores de la realidad; por ello resulta tan importante volver la mirada al interior, explorar y descubrir al Ser Esencial, esa chispa de la divinidad que habita en cada ser humano y que nos vincula con la energía superior, con la supra consciencia; de ahí que es profundo y poderoso mencionar cuando oramos “…que tu voluntad y la nuestra sea una sola en toda la luz y en todas las otras formas …”cuando nos alineamos y sintonizamos en la misma frecuencia de la creación es cuando vibramos en armonía y encontramos la iluminación, la plenitud y la paz interior. Entonces trascendemos nuestra humanidad.
El potencial del ser humano se manifiesta a través de nuestros propios súper poderes que los tenemos pero que a menudo no somos conscientes de ellos; por ejemplo, el poder de la palabra (en el principio era el Verbo y el Verbo era Dios); el poder de la intención (somos como semillas destinadas a dar fruto); el poder del pensamiento (nos convertimos en lo que pensamos, lo que creemos, creamos); el poder de la oración (la fe que obra milagros, siendo la mejor manera de orar el agradecer a todos y por todo); el poder del Amor que es la fórmula perfecta de la creación y que incluye el perdón setenta veces siete, aceptando que todos somos uno.
La otra herramienta valiosa que poseemos es la Atención Plena, toda vez que a través de ella ejercemos el libre albedrío que nos empodera como arquitectos de nuestro propio destino. La mente es el descodificador de la realidad, podemos programar tanto nuestro consciente e inconsciente para que aquella interpretación sea una experiencia buena, positiva, edificante y ese resultado dependerá meridianamente del enfoque de nuestra atención, cada uno puede canalizar la energía con la que elige vibrar.
Así como uno puede empoderar una agravio, una mala experiencia o una ofensa, prestándoles nuestra atención; de la misma manera podemos hacerlo enfocándonos en las intenciones puras, los pensamientos positivos, las ideas constructivas, las palabras que halagan y elevan, los sentimientos nobles como el perdón y el amor.
Cada estado de conciencia responde a una frecuencia vibracional, tú decides la energía que deseas emanar a través de tu atención plena; elige brillar porque para el universo eres una valiosa estrella, una chispa de la divinidad.