EL PODER DEL ENGAÑO
Escribe: Francisco Diez-Canseco Távara (*)
«puedes engañar a toda la gente por un tiempo y a algunos todo el tiempo, pero no puedes engañar a toda la gente todo el tiempo”.
Abraham Lincoln
La delegación de la Organización de Estados Americanos (OEA) que concurre al Perú esta semana a pedido del desgobierno de Pedro Castillo y en aplicación de la Carta Democrática Interamericana lo hace basada en una flagrante mentira: que en nuestra Patria se está gestando un golpe de estado contra el régimen que encabeza el denunciante, sindicado por la propia Fiscal de la Nación como jefe de una organización criminal.
En realidad, de lo que se trata es de un golpe contra el Estado peruano y un atentado contra nuestro sistema democrático perpetrados por el propio gobierno de Castillo en su afán de salirse con la suya ante las siete investigaciones preparatorias y la acusación fiscal presentada al Congreso que, con 190 elementos probatorios, lo colocan en una situación precaria pese al inmoral apoyo del cual aún goza por parte de un sector de de esa institución que bloquea su indispensable vacancia o inhabilitación.
La preocupación inicial que generó Castillo al llegar al Poder fue su decidido apoyo a la nueva Constitución preconizada por los comunistas para instaurar en el Perú un régimen totalitario. Luego él mismo puso en evidencia que no tenía la menor idea de cual sería el texto de esa nueva Carta Magna, en todo caso basada en el ideario rojo de Perú Libre, el partido con el que llegó a Palacio de Gobierno y cuyo líder, Vladimir Cerrón, tiene sentencia firme de la Corte Suprema por corrupción.
Pero, luego de quince meses, está claro que, más alla de su pigmentario marxismo-leninismo-mariateguis mo, Castillo no es otra cosa que un corrupto oportunista que, como en el tango, está llevando a nuestro país cuesta abajo en la rodada sin propósito de enmienda y, por el contrario, apelando a cualquier medio para aferrarse al Poder.
Castillo , por el origen de su aventura política, tiene poderosos aliados caviares en el sistema interamericano que sin duda lo apoyan haciendo oídos sordos a la evidencia de que nuestro Estado ha sido tomado por una organización criminal que está destruyendo la gobernabilidad mientras se llena los bolsillos con dinero de todos los peruanos.
La ética marxista sobrepone sin ambages los llamados “intereses del proletariado” al contenido valorativo que resguarda al ser humano como tal: por eso, Stalin pudo asesinar por inanición a 10 millones de campesinos durante el Holodomor (“matar por hambre “) de 1932 como parte del proceso de colectivización del agro ruso.
El uso y abuso del engaño es, sin duda, uno de los elementos sustanciales del gobierno de Castillo que lo aproxima -guardando las enormes distancias- a los regímenes marxistas y/o autocráticos que sin duda admira.
Frente a la OEA, que no tiene capacidad vinculante y cuya visita es un saludo a la bandera, debemos de todas formas plantarnos firmes y denunciar las mentiras y engaños, corrupción y desgobierno de Pedro Castillo y, en simultáneo, reafirmar la esencia democrática y moral de nuestra Patria.
Como lo señaló Abraham Lincoln: «puedes engañar a toda la gente por un tiempo y a algunos todo el tiempo, pero no puedes engañar a toda la gente todo el tiempo”.
(*) Presidente de Perú Naciòn
Presidente del Consejo por la Paz