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EL POLISARIO/ La amenaza terrorista: El Magreb, España y Europa en el punto de mira.

La reciente detención, en la provincia de Álava en el País Vasco (España), de dos saharauis procedentes de los campamentos de Tinduf por cargos de terrorismo ha vuelto a centrar y reavivar el debate sobre la implicación directa del Frente Polisario en actividades terroristas internacionales y la creciente amenaza que esta organización representa para la seguridad tanto en la región occidental del Magreb como en España y toda Europa. Este episodio no constituye un hecho aislado, sino la continuación de una realidad probada y de una cadena de evidencias y alertas lanzadas por diferentes servicios de inteligencia y de expertos en contraterrorismo y organismos internacionales.

la acumulación de tantas pruebas y la gravedad de la amenaza que suponen para España y toda Europa los autores del separatismo y del terrorismo en la región sahelo-sahariana, se plantea más que nunca y de manera urgente la necesidad de proceder a la designación oficial del Polisario como organización terrorista.

En efecto, diversos informes y operaciones policiales han puesto al descubierto la existencia de una conexión entre el Polisario y redes yihadistas activas en el Sahel. En particular, se ha documentado la presencia de líderes saharauis radicalizados, nacidos en los campamentos de Tinduf (Argelia), en la cúpula de organizaciones como el Estado Islámico en la Provincia de África Occidental (ISWAP). Estos individuos, que dominan el castellano tras haber participado en su tierna edad en el programa “Vacaciones en Paz” en España, han sido identificados como capaces de incitar a la violencia y organizar atentados en suelo europeo.

Cabe recordar, a este respecto, que el programa “Vacaciones en Paz”, inicialmente concebido para ofrecer a niños saharauis provenientes de los campamentos de Tinduf  la posibilidad de pasar el verano en España, ha sido instrumentalizado, en varias ocasiones, tanto por Argelia (país financiador de dicho programa) como por el Polisario para fines políticos y propagandísticos.

De hecho, un gran número de ONGs y observadores han denunciado la manipulación de estos menores, que participan en marchas y actos de apoyo al separatismo del Polisario bajo la apariencia de actividades lúdicas en España.

Más grave aún, los servicios de inteligencia han detectado que algunos de estos menores, tras regresar a los campamentos, han sido objeto de adoctrinamiento y, en casos extremos, han terminado integrándose en redes yihadistas que ahora amenazan Europa y España que los acogió de niños.

Así pues, la generosa financiación argelina al programa “Vacaciones en Paz” ha facilitado su uso como vía para exportar no solo la propaganda separatista, sino también el germen del extremismo y la violencia, transformando una iniciativa humanitaria en un vector de inseguridad para España y sus socios europeos.

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Adnan Abu Walid Al-Sahrawi, antiguo miembro del Polisario y cabecilla del Estado Islámico

 

Es de subrayar, en este marco, que expedientes judiciales recientes en España confirman esta deriva; ya que activistas pro-Polisario han sido juzgados y condenados en España por difundir propaganda yihadista y mantener vínculos con líderes terroristas como Adnan Abu Walid Al-Sahrawi, antiguo miembro del Polisario y cabecilla del Estado Islámico en el Gran Sahara, designado terrorista global por Estados Unidos, y abatido, en agosto de 2021, por un ataque de dron de las fuerzas francesas en el norte de Malí.

Además, los campamentos de Tinduf se han convertido en un terreno fértil para el reclutamiento y la radicalización, alimentando las filas de grupos extremistas que operan en la región sahelo-sahariana.

Así las cosas, es importante anotar, en este marco, que uno de los terroristas detenidos, muy recientemente, en España mantiene una estrecha relación con Khatri Addouh, nuevo embajador del Frente Polisario en Argelia, lo que demuestra, por si todavía quedan dudas, el firma vínculo que existe entre los separatistas del Polisario y los yihadistas que exportan sus actividades ilícitas (migración ilegal, narcotráfico, trata de personas, apología del terrorismo) al continente europeo a partir del Sahel.

Esta realidad nos pone a pensar seriamente en que la amenaza ya no se circunscribe a África. Los servicios de inteligencia españoles y europeos advierten que el Polisario y sus redes asociadas representan un riesgo real y creciente para la seguridad del continente. La infiltración de elementos radicalizados a través de rutas migratorias y la utilización de mafias de tráfico de personas para introducir combatientes en Europa son escenarios considerados realizables por los expertos.

Además, Europol ha alertado, en más de una ocasión, sobre la circulación de armas provenientes de conflictos en Libia, Siria y Mali, que podrían acabar en manos de células terroristas en la Unión Europea.

Por consiguiente, la preocupación se intensifica ante la evidencia de que la propaganda y la radicalización exprés, facilitadas por la experiencia y los contactos adquiridos en España, pueden traducirse en atentados dirigidos contra intereses europeos, lo que nos pone a considerar que la situación exige una respuesta coordinada y urgente, tanto a nivel nacional como comunitario.

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el Polisario no es un movimiento de liberación legítimo, sino una milicia paramilitar al servicio de agendas hostiles y vinculada a redes extremistas internacionales.

En consecuencia, y ante la acumulación de tantas pruebas y la gravedad de la amenaza que suponen para España y toda Europa los autores del separatismo y del terrorismo en la región sahelo-sahariana, se plantea más que nunca y de manera urgente la necesidad de proceder a la designación oficial del Polisario como organización terrorista.

Un sinnúmero de legisladores estadounidenses y británicos, así como influyentes think tanks como el Hudson Institute, ya han argumentado que el Polisario no es un movimiento de liberación legítimo, sino una milicia paramilitar al servicio de agendas hostiles y vinculada a redes extremistas internacionales.

Además, la inclusión del Polisario en las listas negras de organizaciones terroristas, como reclaman voces de Estados Unidos y de Reino Unido, permitiría dotar a las autoridades de herramientas legales y operativas para combatir su influencia y neutralizar sus redes, tanto en África como en Europa.

Por lo tanto, la implicación directa del Polisario en el terrorismo internacional, su capacidad para exportar la radicalización y la violencia a una parte del Magreb y Europa y la instrumentalización de programas humanitarios como “Vacaciones en Paz” exigen una respuesta firme y coordinada por el conjunto de la Comunidad internacional. España y la Unión Europea, muy especialmente, no pueden permitirse subestimar la amenaza; la designación del Polisario como grupo terrorista es hoy más urgente y necesaria que nunca para preservar la paz, la seguridad y la estabilidad tanto a nivel regional como universal.

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