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ENTREVISTA GUIK: PARA EL GENERAL ZEVALLOS URGEN CAMBIOS ANTES QUE EL PERÚ CAIGA EN EL ABISMO

General del Ejército en situación de retiro, Roger Zevallos analiza la situación del altiplano y los aimaras desde una óptica distinta, precisando que allí hay un conflicto ancestral entre el Estado y las comunidades y un claro sentimiento de desafección al Perú; incentivado por la corriente del Runasur y la ideología separatista, a la que se suman la corrupción y el fracaso de la Contraloría General de la República en sus acciones de control…

 

 

“No podemos negar que, en nuestro Perú, la política siempre ha visto con el “rabillo del ojo” a toda la población alto andina, de esto no se escapan los pobladores de Puno y por lo tanto existe un sentimiento natural y hasta fundado de sentirse marginados, casi olvidados y porqué no decirlo vilipendiados de su condición de peruanos…”

En medio de la crisis, sea por los desastres naturales o la situación política, ha pasado a un segundo plano lo que ocurre en Puno y, a nuestro entender, el conflicto es latente y puede volver a estallar en cualquier momento. ¿Es así? 
No cabe duda que los desastres naturales y la convulsión política han conllevado a “pasar a segundo plano” el conflicto de Puno. Cierto es también que siempre existe la posibilidad (no probabilidad) que este pueda estallar nuevamente, sin embargo, la supremacía de la realidad nos muestra un escenario diferente, esta realidad nos denota ahora una población “agotada” del conflicto, unos dirigentes “desgastados” política e ideológicamente, sin logros tangibles que mostrar, después de casi tres meses de lucha política; recordemos que pedían y siguen en el intento de la renuncia presidencial, el cierre del Congreso, la asamblea constituyente y el retorno de Pedro Castillo; nada de eso han conseguido y esos resultados valgan verdades, desalientan la protesta, desmotivan la convocatoria y  desgasta la economía. Prueba de ello es de que ahora solo tienen dos días de “Paro Seco” mientras que antes eran cinco días, además que hoy, la población en su mayoría, incluido un gran sector de comerciantes formales, abiertamente manifiestan su rechazo a la protesta.
Por lo tanto, concluyo con una proyección optimista y auguro que, la protesta día a día debe decrecer; siempre y cuando los dirigentes nacionales y extranjeros que conducen la protesta, no empleen otras estrategias de lucha que permitan nuevamente aunar voluntades para reiniciar y radicalizar su accionar.
Mención aparte, sostengo que es menester, para alcanzar el estado de “tranquilidad deseada”, realizar acciones indispensables e impostergables, por ejemplo, que la PNP, la Fiscalía y el Poder Judicial, actúen de inmediato, capturando y procesando a los cabecillas nacionales y extranjeros o aquellos que tienen doble nacionalidad (peruana – boliviana). Neutralice el accionar de la Cónsul de Bolivia en Puno, la señora Felipa Huanca, quien ha creado la agrupación Mujeres Aimaras Bartolinas (organismo que se rige bajo los lineamientos del MAS de Evo Morales) la cual incentiva veladamente la protesta; sin dejar asimismo de detener a los extorsionadores que cobran cupos por dejar pasar los vehículos en los puntos de bloqueo, en las vías de comunicación afectadas y que han hecho de esta vil acción una forma de sustento de vida casi permanente.
Lo que ocurre en el altiplano ¿es un conflicto entre el Estado y las comunidades, o es que los aimaras han construido una identidad en torno al lago Titicaca con un fuerte componente separatista?
No podemos negar que, en nuestro Perú, la política siempre ha visto con el “rabillo del ojo” a toda la población alto andina, de esto no se escapan los pobladores de Puno y por lo tanto existe un sentimiento natural y hasta fundado de sentirse marginados, casi olvidados y por qué no decirlo vilipendiados de su condición de peruanos, este conflicto se ha acrecentado a partir del crecimiento económico del Perú de los últimos años; crecimiento que sin embargo a Puno no ha llegado en la proporción que ellos esperaban y no ha llegado a Puno, entre otros, fundamentalmente por dos factores, primero por  LA CORRUPCION, de todo nivel de gobierno y segundo  por el fracaso total de la Contraloría General de la República en sus acciones de control.
Ahora bien, si la población puneña se siente marginada y aparecen discursos separatistas con ideas de “Patria Grande” “Nación Aimara” en donde ellos serán los protagonistas de escribir su propia historia, lógico es que este componente separatista cale en la población; pues estos “slogan” como discurso suenan maravillosos, pero…  una cosa es la lírica y otra la realidad, actualmente con la situación económica o mejor dicho con el descalabro económico que se viene para Bolivia, no sé qué tan incentivador sea ahora el discurso del separatismo o nación aimara. Lo más probable es que este sea muy cuestionado y vaya perdiendo vigencia… por el momento.
Infiero, por lo tanto, que existen ambas cosas, es decir un ancestral conflicto del Estado con las comunidades y un claro sentimiento de desafección al Perú, incentivado por la corriente del RUNASUR y la ideología separatista que se ha inculcado e internalizado en la población particularmente en los últimos años… Pero a la vez es necesario comprender que lo que está ocurriendo, se convierte en un momento de oportunidades para revertir la situación existente.

 

Los logros económicos y sociales de Bolivia se tambalean con la crisis social e institucional que vive

 

“…actualmente con la situación económica o mejor dicho con el descalabro económico que se viene para Bolivia, no sé qué tan incentivador sea ahora el discurso del separatismo o nación aimara”.

En lo que ocurre en Puno, qué pesa más ¿el surgimiento de un separatismo indígena aimara o la marginación, la pobreza y la falta de acceso a los servicios públicos, a la salud y la educación que afecta a la población? 
La violencia que está sucediendo en Puno es una acción “disfrazada” llena de pretextos, por un lado, solicitan y se agrupan sobre cuestiones políticas inviables, fuera de la Constitución y la ley, pedir pues, asamblea constituyente, renuncia de la presidente o cierre del Congreso, entre otros, son pretextos absurdos, ocultan también sus intenciones de solicitar abiertamente la satisfacción de necesidades sociales, como son el acceso a salud pública, educación, vías de comunicación o salud. Por lo tanto, sus pretextos al no ser válidos al análisis político, nos llevan a inferir que una de las causas principales de la convulsión social, se basa en el discurso importado, velado y sistematizado de la creación de una nación aimara, que rija sus propios destinos.
Vemos pues con preocupación que, tanto el separatismo como la falta de presencia del Estado, tienen pesos específicos pero a la vez diferenciados, dado que si los diferentes niveles de gobierno, luchasen oportuna y honestamente por satisfacer las necesidades reales de la población, el pensamiento de separatismo, perdería peso, dado que la población aimara se sentiría incluida y bien representada, mientras esto no ocurra, los sentimientos contra el estado peruano seguirán igual con tendencia a incrementarse negativamente; Es hora que el gobierno  realice cambios y soluciones “violentas” para revertir esta situación.
De considerar que las protestas tienen como detonante el separatismo, la escisión del territorio nacional, ¿qué rol cumple Evo Morales, sus operadores políticos extranjeros y locales y los ‘ponchos rojos’ con su proyecto RUNASUR, la ‘patria grande’ respaldado por los regímenes castrochavistas?
Bolivia, el Movimiento al Socialismo y Evo Morales, ha y viene jugando un papel fundamental en todo este problema político que viene atravesando el altiplano, es indudable que, desde el origen de la patria, la nación aimara ha existido y convivido armónicamente con el resto de naciones existentes en el Perú, como es indudable también que siempre ha existido sin extremismos ni acciones radicales y menos con deseos reales de ejecutarse, el pensamiento de la creación política de una nación aimara.
Sin embargo, desde la llegada de Evo Morales al poder en Bolivia, este empieza a exportar la idea de “la patria grande” y esa idea solventada en el SUPUESTO crecimiento y desarrollo del país vecino y la acción permanente de guerra política desarrollada en nuestro país, sin que ningún actor político le haga oposición, fue calando en el poblador puneño que, al ver la ilusión de mejoras en el estándar de vida de nuestros vecinos, por natural sentir, fue seducido por el discurso.

 

“Urge pues hoy, cambiarle el rumbo a la patria, poner las cosas en orden, asumiendo medidas radicales y tal vez extremas a fin de que nuestra nación no caiga en el precipicio. Mañana será tarde”.

Ahora bien, la realidad ha dado un giro interesante, el discurso y la ilusión de alcanzar un estándar de vida similar al vecino, se ha caído y se ha caído no por acción política o social de nuestros gobernantes, simplemente se ha caído y pronto “morirá por mano propia”, como natural e históricamente lo hacen todos los gobiernos de tendencia de la izquierda desfasada.
Por lo tanto, vaticino que el corto o tal vez inmediato plazo, el rol de Evo Morales, el RUNASUR, la acción de los “ponchos rojos” pasará y quedará como una simple anécdota desagradable de nuestra historia.
A su entender, general Zevallos, de no haber una intencionalidad separatista ¿acaso falta el proyecto nacional del que tanto se habla o es un problema de incapacidad de las autoridades para gestionar el desarrollo?
Hasta ahora, hablarles a los conductores del Estado sobre un proyecto nacional o de objetivos nacionales, es  decirles  una lisura o una ofensa para ellos, debido a que los que asumen el poder, no tienen formación política como estadistas y a veces ni siquiera formación académica que les permita investigar cómo conducir su gobierno dentro de los lineamientos de lo requerido para la buena marcha del estado,  amén que se rodean de mucha gente “técnica” que no lo son y que por lo tanto se dedican a gestionar el día a día, sin visualizar el futuro.
Nuestro Estado dirigido por nuestros sucesivos gobiernos nacionales, regionales y locales han fracasado, como también han fracasado los operadores de justicia, la Contraloría, la PNP y todos los organismos que componen el aparato gubernamental; es decir somos casi un estado fallido y una democracia cada vez más incipiente. Desean pruebas de lo manifestado…. Para no aburrirlos con una larga lista citaré solo dos, la enraizada corrupción y la desenfrenada y hasta ahora incontrolable delincuencia.
Urge pues hoy, cambiarle el rumbo a la patria, poner las cosas en orden, asumiendo medidas radicales y tal vez extremas a fin de que nuestra nación no caiga en el precipicio. Mañana será tarde. (GUIK.PE/HGG)

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