El arte de vivir y disfrutar la vida descansa en el equilibrio, el balance y la ponderación.
Cuando decidimos vivir desde el ser y activamos nuestra reserva espiritual que silenciosamente espera; es cuando hacemos consciente el valor de experimentar todo, conservando el justo medio, apreciando el fiel de la balanza, observando que a toda expansión sigue una contracción, como una ley universal que se repite una y otra vez en todo orden de cosas, a todo nivel y en cada aspecto de la vida.
Este principio de equilibrio se manifiesta tanto en tu interior que es el microcosmos como en el exterior que lo denominamos macrocosmos, corroborando la primera ley de correspondencia; como es afuera, es adentro; como es arriba es abajo.
A nivel físico- biológico, cada proceso, sistema y subsistema que componen el cuerpo humano tienen la particularidad de funcionar en perfecto equilibrio; cuando este orden natural por alguna razón se altera, entonces surge la enfermedad por exceso o por deficiencia de algo.
Toda dolencia, mal funcionamiento, malestar o molestia corporal tiene su explicación en la pérdida del equilibrio externo o interno, cambio físico que, en general se puede evidenciar de manera objetiva. Por ejemplo, el cáncer ocurre cuando se da una producción desproporcionada y descontrolada de células anormales que crecen exponencialmente dentro del organismo.
En la esfera emocional y mental, el patrón se repite; el estrés, la angustia, la depresión, la ansiedad, la hiperactividad, la obesidad, la anorexia, las conductas compulsivas y cuánta condición similar que podemos citar, tienen como denominador común la pérdida del equilibrio en uno o más aspectos subjetivos que también de alguna manera se pueden identificar. En este caso por ejemplo el estrés es un “estado de cansancio mental provocado por la exigencia de un rendimiento muy superior al normal que suele provocar diversos trastornos físicos y mentales”.
Existe un grado de estrés positivo que nos permite funcionar, movernos y actuar; pero, cuando esté se descontrola afectará indefectiblemente nuestra salud a corto, mediano o largo plazo.
¿Por qué nos estresamos?, sencillamente porque hemos perdido el balance y hemos caído en algún tipo de exceso, cuando lo hacemos estamos forzando la mente, el cuerpo o el alma y en algún punto la tensión genera ruptura. Una vez más ese exceso a la larga perjudica.
Alcanzar un estilo de vida saludable que privilegie el equilibrio, el balance y la ponderación puede parecer a primera vista ser únicamente una prudente decisión madura y racional; sin embargo, en el plano espiritual corresponde más bien a poder experimentar y elevarnos hacia nuevos estados de consciencia.
Tanto en la naturaleza instintiva como en la consciencia intuitiva siempre prima el equilibrio, el complemento, el balance que genera a su vez armonía.
La intuición es la manifestación del pensamiento místico que prevalece sobre el pensamiento racional; el aquietar la mente, fijar nuestra atención en el interior, aprender a respirar con ritmo y profundidad sin necesidad de forzar nada, dejando que nuestro ser primordial fluya; es hacer consciente la importancia del equilibrio que nos abre la posibilidad de disfrutar la vida, reconectando con la frecuencia y vibración superior del Universo que es sostenidamente una melodía en equilibrio perfecto.
