Cuando el mandatario mexicano Manuel López Obrador defendía con mentiras al golpista Pedro Castillo, diciendo que había sido víctima de un rapaz golpe de estado parlamentario por ser un profesor indígena de la sierra, lo califiqué de imbécil. Mas de tres millones de personas vieron el twitt y fue tendencia en redes.
Ahora, después de leer los agravios que ha lanzado al nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, agrego que es un detritus político, un sujeto perturbado mentalmente, que repite el libreto de Petro, Maduro y Evo, comparando a Milei con los dictadores de Chile y Argentina, Augusto Pinochet y Rafael Videla respectivamente.
México histórico, cuna de una gran civilización, no merece un mandatario de esa ínfima categoría.