El Espíritu es por naturaleza abstracto, indefinible e imperceptible pero maravillosamente presente y real en cada manifestación de la vida.
El Espíritu inspira ideales, genera pensamientos, produce sentimientos, sostiene nuestros movimientos, electrifica los sentidos, condensa e integra cada una de las manifestaciones de nuestra propia individualidad y lo hace sin forzar ni imponer nada; simplemente, dejando fluir la energía que lo genera, lo retroalimenta y lo trasciende.
Hemos afirmado que somos en esencia; energía, que aparece, se transforma, se manifiesta, fluye influye y finalmente se reintegra a la misma Fuente Pura, de la que emana y a la que regresa.
La cuestión existencial no es determinar si el Ser Esencial, la chispa divina, la Fuente de Luz realmente habita en cada ser humano; sino más bien, el verdadero desafío se reduce a activar nuestro potencial espiritual, descubrir la sustancia inmanente, “despertar” para que la Consciencia Pura emerja y fluya.
Una manera de acercarnos a nuestra preciosa reserva espiritual es a través de la meditación, contrariamente a lo que algunas personas creen meditar no significa pensar; al contrario la meditación tiene por finalidad aquietar la mente, “dejar de pensar” para dar paso al silencio, a la unificación armoniosa con la Energía Suprema que traspasa los parámetros de la definición, el dogma, la medida, la segmentación, la cuantía o la valorización
La Consciencia individual armoniza con la Consciencia Universal porque comparten la misma semilla, provienen de la misma fuente, por ello, la reunificación consiste en volvernos uno con el Todo, superar la dualidad, fluir en armonía, ser esencia.
El despertar espiritual nos permite aceptarnos como seres espirituales eternos que encarnamos un cuerpo físico material por un espacio de tiempo limitado dentro del que estamos llamados a experimentar, evolucionar, crecer y aprender bajo los sutiles acordes de la intuición, que es la auténtica inteligencia espiritual que nos da comprensión y sabiduría.
Existen diferentes técnicas de meditación, y en este campo como en la totalidad de aspectos espirituales, no hay reglas absolutas y caminos exclusivos, en todo ser humano subyace la sabiduría infinita, es cuestión de encontrar y seguir nuestro propio camino; sin embargo, podemos sugerir algunos pasos que nos faciliten adentrarnos en la meditación.
Sugerimos las siguientes pautas que nos pueden ayudar en el ejercicio de la meditación:
1) Buscar un lugar adecuado.
2) adoptar una postura física cómoda, de preferencia sentado.
3)Cerrar los ojos, para ver el interior.
4) Iniciar un ciclo de respiración consciente (es a través de aspirar y exhalar como circulamos la energía externa e interna).
5)Inhalar con profundidad por la nariz, sostener unos segundos la respiración y exhalar suavemente por la boca hasta vaciar todo el oxígeno, esperar unos segundos y volver a inhalar con profundidad, generando ritmo y consciencia en todo ese ciclo.
6)Enfoque y concentración, hay que ir apartando todo el vendaval de ideas, pensamientos, preocupaciones y tareas que pasan por nuestra mente, hay que generar un oasis, un espacio de paz y tranquilidad presente, donde prime el vacío y la nada.
7)Fijar la atención en algo específico y concreto ayuda, por ejemplo visualizar un punto blanco en medio del entrecejo o una rosa de colores vivos o quizás el simple arrullo de un río o el suave viento que mece los árboles o el olor de algún aroma preferido y fijar toda nuestra atención únicamente en ello observando sin juzgar.
Hasta aquí las pautas básicas para comenzar a meditar, en el próximo artículo nos referiremos a la Meditación Autoalusiva, técnica que desarrolló y explicó muy bien el maestro Jacobo Grinberg, quien dentro de su vasta bibliografía tiene precisamente escrito un libro intitulado La Meditación, en el Grinberg afirma que la finalidad de las técnicas de meditación es expandir los Estados de Conciencia, purificándonos, haciéndonos más sensibles y unificando la conciencia individual y la conciencia planetaria.
