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LA VERDAD NO TIENE SUSTITUTOS

Escribe: María del Pilar Tello

 

Falsedades y medias verdades que pocos podemos contrarrestar para recuperar el equilibrio informativo. Y es insólito encontrar estas versiones incluso en aquella prensa extranjera, con mucha credibilidad, que de buena fe presta oídos y espacios a quienes contaminan nuestra imagen como país

 

La desinformación es uno de los mayores flagelos de la humanidad y en estos momentos afecta directamente al Perú. Internet cambió las reglas de difusión de la verdad. Convivimos con todo tipo de contenidos, falsos, erróneos, manipulados, inventados o sin contraste. Viralizados en segundos en redes sociales o aplicaciones de mensajería, pero también en algunos medios formales que priorizan su financiamiento y aceptan difundir contenidos potencialmente destructivos.
La desinformación busca confrontar, polarizar y dividir a la población con falsedades, sin mucha posibilidad de ser contrarrestadas. El Perú afronta una campaña mediática nacional e internacional que afirma que Pedro Castillo es una víctima política, injustamente preso, perseguido por la élite blanca por el delito de ser provinciano.
No dicen que ha sido acusado por corrupción y que rompió el orden constitucional. Que Dina Boluarte usurpa el poder con el apoyo de militares fascistas, no dicen que es presidenta por sucesión constitucional. Que está matando opositores, violando derechos humanos de quienes protestan pacíficamente, no informan que hay vandalismo y terrorismo que daña y mata. Que el gobierno reprime justos reclamos, no dicen que no quieren dialogar. Que ni Boluarte ni el Congreso aceptan la asamblea constituyente que permita una nueva sociedad más justa e integrada, no dicen que la constitución no lo permite.
Falsedades y medias verdades que pocos podemos contrarrestar para recuperar el equilibrio informativo. Y es insólito encontrar estas versiones incluso en aquella prensa extranjera, con mucha credibilidad, que de buena fe presta oídos y espacios a quienes contaminan nuestra imagen como país y como gobierno. Puede no gustar la presencia de Dina Boluarte y tener falencias indeseables, pero es un gobierno interino constitucional y de transición, para realizar elecciones con fecha establecida, como lo fueron Manuel Merino y Francisco Sagasti. Es la verdad.

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