LEALTAD AL PERU PARA UNA TRANSICIÓN CON UNIDAD

Escribe: Pedro Morales Mansilla.

Acortar las brechas de la polarización política, debe ser el objetivo hoy. Todos estamos obligados a serenarnos, es el país el que está en juego.

Anteponiendo el respeto que nos merece la intimidad y alegría de la familia; consideramos oportunas -en el terreno político-, hacer algunas precisiones obligadas por las bravatas del clientelismo de Fuerza Popular (FP) que, en inoportuno y provocador aprovechamiento del indulto a Alberto Fujimori, viene azuzando reacciones de enfrentamiento, difundiendo medias verdades y soberbia, profundizando la polarización que el hecho ha despertado.

El indulto, que consideran “triunfo”, es utilizado para incidir en una de sus peroratas de personalización: “El Chino derrotó al terrorismo”;  como si la derrota militar del senderismo fuese un logro personal y no supiésemos que su gobierno coincidió con el avance y éxito de un proceso que se inicia con el Decreto Legislativo 046 de marzo de 1981 (Primera ley antiterrorista), el acierto de la creación de la DIRCOTE en 1983 y el GEIN a inicios de 1990 que, con un sistemático plan de inteligencia, logran la captura del criminal Guzmán Reynoso. No fueron el asesor, ni el comando del entorno presidencial.

Para conocimiento de la juventud y mostrar que, muchas de las eficaces acciones de la lucha antiterrorista, no las conocía; sino que, se apropiaba del sacrificio reservado de otros, para atribuirse él, los éxitos; ante la insistencia de estos días, recordamos la captura del terrorista Oscar Ramírez Durand (a) “Feliciano”, el 14 de julio de 1999, en un anexo de Huancayo, por un equipo policial liderado por el Mayor PNP Carlos Monge Pimentel.

Ya detenido, en la Comisaría del distrito de “El Tambo”, mientras se realizaban los primeros interrogatorios que incluía a tres mujeres que cayeron con él y delataban la existencia de lugares donde enterraron armas y abundante dinero de los cupos que cobraban; el Mayor daba parte a su superior para seguir actuando. Unos momentos después, ingresaron a esa Comisaria altos jefes del Ejército, ordenándole la entregara de los detenidos y, aproximadamente cien soldados rodearon el local. Claro, este episodio no desmerece la lucha de nuestro Ejército, pero muestra la forma de coaccionar del gobierno de entonces.

El Mayor, consultó la entrega a su jefe, coronel Carlos García Molleda, quien le indicó “proceda a la entrega”, pues la orden venía del mismo director general Fernando Dianderas Ottonte, por disposición del mismo presidente. Lo que se hizo fuera del trámite de ley, ante la presión del poder. De inmediato corrió la noticia que el Ejercito había capturado al N° dos de Sendero Luminoso. El presidente ya estaba en campaña por su segunda reelección.

Al día siguiente el coronel García y el mayor Monge, fueron trasladados en avión a Lima, directamente al SIN, en donde bajo amenazas a su integridad personal y familiar le hicieron que “aceptara”, vía un documento, que la captura fue del Ejercito, bajo las órdenes directas del presidente. Este sucinto relato, demuestra que Fujimori fue un elemento importante, no el único, ni iluminado estratega de la lucha antiterrorista que nos pretenden hacer ver.