A un mes de los comicios, el sindicalista dice que Dios guía sus pasos y que está seguro que le pediría que cuide a su pueblo. Su adversario afirma que en un eventual triunfo del socialista legalizará las drogas y el aborto
Bolsonaro cuenta con alrededor del 48% de los votos entre los evangélicos,frente al 32% de apoyos que obtiene Lula, quien mantiene el liderazgo entre los católicos.
El expresidente chavista Luiz Inácio Lula da Silva, favorito para las elecciones brasileñas de octubre, sorprendió a propios y extraños al manifestar: “Si hay un brasileño que no necesita probar que cree en Dios, ese brasileño soy yo. No habría llegado donde llegué si no fuese la mano de Dios guiando mis pasos”, declaró.
Y para mayor sorpresa, agregó, en tono mesiánico: “Estoy seguro de que de allí encima él me va a decir: Lula, cuida de este pueblo”, frases que son consideradas como parte de su burda campaña electoral que recurre a la manipulación de la fe y las creencias religiosas para comprometer el voto de los movimientos Católico y Evangélico.
Precisamente, el último viernes, Lula se reunió en Río de Janeiro con pastores en un intento por cortejar el voto de los evangélicos, una de las principalesbases electorales de su rival, el mandatario Jair Bolsonaro.
A menos de un mes de los comicios, ellíder del Partido de los Trabajadores se desplazó hasta Sao Gonçalo, una deprimida comunidad localizada en la zona metropolitana de Río con gran número deiglesias pentecostales y que, en las elecciones de 2018, apoyó en masa a Bolsonaro, con un 67,35 % de los votos.
Respaldado por centenas de líderes evangélicos, Lula (2003-2010)reafirmó su creencia en Diosen su discurso e hizo unguiño al cristianismo y a la familia, dos de los ejes de campaña de Bolsonaro, candidato a la reelección.
El antiguo sindicalista recordó algunas de las iniciativas que llevó a cabo durante su Gobierno para garantizar la libertad religiosa, en un intento por disipar las noticias falsas propagadas por el bolsonarismo que aseguran que Lula cerrará las iglesias si gana los comicios del 2 de octubre.
En ese sentido, Lula subrayó que ningún otro presidente garantiza tanto la creación de iglesias y la libre práctica de la fe como él.
“Aprendí que el Estado no debe de tener religión, no debe de tener iglesia, debe de garantizar el funcionamiento y la libertad de muchas iglesias”, prosiguió Lula, quien recibió la bendición de los pastores durante una oración.
A la caza del respaldo en los templos
Lula, quien lidera las encuestas con una ventaja de 13 puntos porcentuales sobre el actual mandatario, afirmó que el país no puede continuar siendo gobernado por un presidente que “adora mentir” y acusó aBolsonaro, de forma velada, de acudir a los cultos en busca de votos.
“Fui cinco veces candidato y nunca fui a una iglesia, a un acto religioso para captar votos. Quien va a la iglesia lo hace para cuidar de su fe”, señaló Lula en Sao Gonçalo, donde fueron vividos momentos de tensión entre simpatizantes del expresidente y bolsonaristas.
Bolsonaro posee una amplia ventaja entre los evangélicos, grupo que ha ido ganando fuerza en el país y representa actualmente el 30% de la población brasileña, frente al 50% que se declara católico.
De acuerdo con la encuesta demoscópica del instituto Datafolha, el líder de la ultraderecha cuenta con alrededor del 48% de los votos entre los evangélicos,frente al 32% de apoyos que obtiene Lula, quien mantiene el liderazgo entre los católicos.
“En defensa de la Biblia…”
Bolsonaro, quien cuenta con el apoyo de influyentes pastores, como el polémico Silas Malafaia, ha conseguido atraer el apoyo de los evangélicos con la defensa de la Biblia y su retórico en torno a los “valores” conservadores.
En especial, defiende la “familia tradicional” yabandera el rechazo absoluto al aborto, hoy permitido por ley en supuestos como violación o riesgo para la gestante.
A ello ha contribuido también su esposa, Michelle Bolsonaro, quien ha asumido un papel central en la campaña del presidente.
La primera dama, a la que Bolsonarose refiere como una “mujer de Dios”,es una ferviente evangélica y, recientemente, durante una marcha, prometió lapresencia de “Jesús en el Gobierno”: “Vamos a declarar que esta nación pertenece al Señor”, declaró.
Bolsonaro ha enarbolado labandera del “bien contra el mal” y ha alertado a sus seguidores de lossupuestos “males” que traería al país el regreso del Partido de los Trabajadores al poder.
Según el capitán de la reserva, si Lula vence las elecciones legalizará las drogas y el aborto, aunque ninguno de los dos supuestos se encuentra en el programa del candidato progresista.