El veto brasileño que impidió el ingreso de Venezuela al foro de los BRICS (siglas conformadas por las primeras letras de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, países que conformaron inicialmente esta alianza), terminó por ahondar las discrepancias surgidas entre Nicolás Maduro y Luiz Inácio Lula da Silva, desde las elecciones presidenciales venezolanas cuyos resultados oficialistas han sido desconocidos por varias naciones.
con este veto se está reproduciendo el odio, la exclusión e intolerancia promovidos desde los centros de poder occidentales
Así quedó en evidencia, luego que el gobierno de Maduro repudiara públicamente la decisión del Brasil, calificándola como “un gesto hostil y una agresión contra los intereses de Venezuela”, país que- por lo demás- lleva años buscando insistentemente ser admitida en este bloque de naciones emergentes.
En un comunicado emitido por la Cancillería venezolana, se indica que “con este veto se está reproduciendo el odio, la exclusión e intolerancia promovidos desde los centros de poder occidentales para impedir, por ahora, el ingreso de la patria de Bolívar a esta organización».
En el documento se deja en claro, además, que se trata de una acción que “constituye una agresión a Venezuela y un gesto hostil que se suma a la política criminal de sanciones que han sido impuestas contra un pueblo valiente y revolucionario. Ninguna artimaña o maniobra concebidas contra Venezuela detendrán el curso de la historia».
La Cancillería aseguró- también- que contaba con el respaldo y apoyo de varios países participantes en esta cumbre para la formalización de su ingreso al mismo (sin embargo, las reglas del foro establecen que para concretar la adhesión de una nación al BRICS, es necesaria la votación unánime de todos sus miembros).
“Pero, a través de una acción que contradice la naturaleza y postulados del BRICS, la representación de la Cancillería brasileña decidió mantener el veto que el expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro) aplicó a Venezuela durante años. El pueblo venezolano siente indignación y vergüenza por esta agresión inexplicable e inmoral de la Cancillería brasileña», concluye la misiva.