MEGAPUERTO DE CORÍO: INVERSIONES SIN PISAR TIERRA

Escribe: Aldo Lorenzzi Bolaños

Si bien las inversiones son importantes, se requiere establecer primero una base sólida, comenzando por la estabilidad jurídica, la mejora en seguridad y el fortalecimiento institucional.

Una de las últimas noticias que se ha venido comentando en algunos medios de comunicación es la posibilidad de un nuevo proyecto portuario mucho más ambicioso que el megapuerto de Chancay. Este último, actualmente en construcción en el norte de Lima, representa una inversión de 3.000 millones de dólares y promete transformar la logística marítima del Perú. Sin embargo, la nueva gran obra estaría ubicada en el sur del país, en la segunda ciudad más importante de nuestro territorio.

En Punta de Bombón, que es uno de los distritos de Islay, se pueden mover 100 millones de toneladas métricas de carga anual, superando al de Valparaíso en Chile. Con este proyecto, el Perú puede convertirse en el centro logístico más importante de la región.

Para realizar el proyecto del Megapuerto de Corío, que cuenta con características y profundidad oceánica superior a Chancay, debemos considerar cuidadosamente nuestra capacidad para gestionarlo. ¿Estamos listos para afrontar más megaproyectos? Para responder a esta pregunta, es necesario reflexionar sobre nuestra experiencia con el Callao, un puerto relativamente pequeño en comparación con los proyectos propuestos, pero que actualmente enfrenta graves problemas de seguridad.

Hoy, los punteños, como se les conoce a los habitantes de este distrito costero, sufren como todos los peruanos de inseguridad ciudadana, alta pobreza, corrupción en todos los niveles y alto grado de informalidad. ¿Es conveniente, en estas condiciones, buscar inversiones de gran envergadura?

Punta de Bombón cuenta con una posta de salud que atiende a una población de aproximadamente 7.000 habitantes que desconocen cómo esta inversión podría impactar en su comunidad. El proyecto debería comenzar por diseñar mejoras en las condiciones generales del lugar. En Chancay, por ejemplo, las autoridades locales están preocupadas por el posible impacto negativo que podría causar. El gran temor es tener un espacio marítimo sin los debidos controles y que pueda convertirse en un terreno fértil para el desarrollo del crimen organizado, la trata de personas y el narcotráfico.

Si bien las inversiones son importantes, se requiere establecer primero una base sólida, comenzando por la estabilidad jurídica, la mejora en seguridad y el fortalecimiento institucional. A partir de ahí, podremos aprovechar plenamente el potencial de todas las inversiones.