«NICOLÁS MADURO TIENE UN CAMPO DE ACCIÓN CADA VEZ MÁS REDUCIDO»
Antonio María Delgado, columnista del Miami Herald, analiza las debilidades del régimen que van desde una conspiración para matar al dictador, hasta crear las bases para que la población no salga a votar el próximo 28 de julio
Escribe Antonio María Delgado*
“Esta es una situación muy complicada para Maduro. Va a tener que escoger entre robarse la elección, lo que sería un golpe de estado electoral, o posponer la elección a través de la creación de un falso positivo que sería un conflicto con Guyana”.
Amenazado por una invariable debilidad en las encuestas, el gobernante venezolano Nicolás Maduro tiene pocas posibilidades de recuperar la legitimidad a través de un evento electoral cuando solo quedan siete semanas para el día de la votación.
Expertos dijeron que los esfuerzos del gobernante por reducir la ventaja de más de 50 puntos del candidato opositor Edmundo González están brindando poco frutos, lo que está arrimando al régimen de Caracas cada vez más cerca de la penosa disyuntiva de escoger entre suspender la elección o tratar de ejecutar un fraude electoral de tan grande dimensiones que engañaría a muy pocos dentro de la comunidad internacional. A medida que Venezuela se acerca a las elecciones del 28 de julio, el régimen parece estar simultáneamente preparando el camino para las dos alternativas.
Por un lado, el régimen ha estado muy activo en mantener con vida la tesis de que en el país se fragua una conspiración para asesinar a Maduro promovida por enemigos externos que además del gobierno de Estados Unidos, la derecha colombiana y el exilio venezolano que reside en Miami ahora también incluye a Guyana.
“Crear el falso positivo de crear un conflicto con Guyana»
Por el otro, ha estado sentando las bases de un eventual fraude, creando las condiciones para que la población no salga a votar y bloqueando la participación de observadores internacionales. “Esta es una situación muy complicada para Maduro. Va a tener que escoger entre robarse la elección, lo que sería un golpe de estado electoral, o posponer la elección a través de la creación de un falso positivo que sería un conflicto con Guyana”, dijo Antonio De La Cruz, director ejecutivo de la firma de asesores Inter American Trends.
Para suspender la elección, Maduro tendría hasta dos semanas antes del día de los comicios, pero si no lo hace no tendría más opción que tratar de ejecutar el fraude electoral, explicó De La Cruz. Pero independientemente de la opción que él escoja, ninguna de ellas le va a brindar los frutos que buscaba cuando adoptó la decisión de convocar elecciones, la legitimidad internacional, añadió.
Según las últimas encuestas, González le lleva a Maduro una amplia ventaja. Si los comicios fuesen realizados hoy, ganaría por un margen de 61% frente a un 9% que obtendría el líder del chavismo. González, un virtual desconocido en la política venezolana hace unas semanas, se convirtió en una temible amenaza para la estabilidad política del régimen luego que recibiera el respaldo de la máxima líder de la oposición venezolana, María Corina Machado, y la de los principales partidos políticos del país.
Maduro y el magnicidio
En recientes declaraciones, el propio Maduro volvió a convocar el espectro del magnicidio. “Ellos tienen un grupo de sicarios. La ultraderecha…. tiene un grupo de sicarios ya en Venezuela, buscándome y buscándonos para hacernos daño”, declaró el gobernante durante un acto realizado el domingo en Caracas con dirigentes del gobernante Partido Socialista Unido. Detrás del complot, aseguró el gobernante, estarían González y Machado, así como otros de los principales dirigentes de la oposición, incluyendo los exalcaldes Leopoldo López y Antonio Ledezma, y el expresidente del Parlamento Julio Borges.
Maduro, quien fue blanco de un atentado con drones en el 2018, ha denunciado más de 30 planes para asesinarlo desde que asumió el poder en 2013, siempre vinculados con la oposición, lo que ha dejado a decenas de políticos encarcelados y exiliados. Pero mientras Venezuela es inundada por rumores de que Maduro se apresta a suspender la elección, el régimen al mismo tiempo se encuentra inmerso en actividades electorales, aún cuando el volumen de gente que asiste a estos encuentros es muy inferior a los que registra la oposición. Estos encuentros tampoco se están viendo reflejados en las encuestas, cuyos números han estado reiteradamente a favor de la candidatura de González.
Un triunfo cuesta arriba
Pero recientes eventos hacen pensar que el camino hacia un triunfo electoral de la oposición también es cuesta arriba. Entre éstas se encuentra el accionar del Consejo Nacional Electoral, organización que se encuentra bajo el férreo control del régimen, que ha estado tomando medidas abocadas a crear problemas durante el día de la votación, incluyendo la creación de centros electorales con una sola mesa de votación, lo que garantiza que se formarán enormes filas de electores el 28 de julio.
Adicionalmente, el consejo recientemente anunció que no permitiría la supervisión del proceso de los observadores de la Unión Europea, lo que genera nuevas dudas sobre la capacidad de las autoridades venezolanas de sostener elecciones libres y transparentes.