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NO APARECE LA ALTERNATIVA DE CENTRO DERECHA

Escribe: Víctor Andrés Ponce

Director de El Montonero

La fragmentación política, la judicialización de la política y la ausencia de identidades ideológicas ha terminado congelando una alternativa que debería ser natural: una centro derecha viable

 

Es incuestionable que cualquiera que sea el ángulo de análisis de la coyuntura política, económica y social, una de las interrogantes sin respuesta es la ausencia de una alternativa de la centro derecha, sobre todo después de la destrucción nacional que dejó el Gobierno de izquierda de Pedro Castillo. Considerando el deterioro nacional que dejó la llegada de Perú Libre al poder, ahora la alternativa de la derecha debería formar parte del sentido común nacional. Por ejemplo, hasta en las cifras de la pobreza se desvela el desastre izquierdista: antes de la pandemia y de Castillo la pobreza sumaba el 20% de la población. Hoy se acerca peligrosamente al 30%.
Sin embargo, no hay alternativa viable de la centro derecha que se dibuje en el panorama político por la ausencia de una voluntad de los jefes políticos de este sector de organizar una convergencia política. Y este factor tiene mucho que ver en cómo enfrentamos la destrucción institucional, política y económica de la actualidad. Por ejemplo, la ausencia de esa alternativa evita que se reordene el panorama de la crisis nacional, ya sea en el Ejecutivo, en el Congreso, en las guerras judiciales por el control de instituciones o en el propio relanzamiento de la economía.
En la economía se suele decir que el Gobierno ha agregado estabilidad y predictibilidad, a pesar del intento de nacionalizar la política petrolera y la ausencia de propuestas de reformas económicas. Sin embargo, los mercados y las inversiones de mediano y largo plazo no se moverán hasta que no aparezca con claridad el escenario del relevo de las próximas elecciones generales. Es decir, hay sectores, incluso, que consideran que la izquierda tiene posibilidades.
La fragmentación política, la judicialización de la política y la ausencia de identidades ideológicas ha terminado congelando una alternativa que debería ser natural: una centro derecha viable luego del fracaso general de las izquierdas que dejan un país devastado.
Tal como van las cosas, no sería nada extraño que en las elecciones del 2026 se vuelva a presentar el escenario que forma parte de la autodestrucción nacional de los últimos años: Fuerza Popular en la segunda vuelta a la espera de una alternativa de derecha o de la izquierda. Sin embargo, podría emerger un candidato de la izquierda más articulado que explote el antivoto presente en el país y que amenaza al propio Estado de derecho.
Todos estos escenarios hipotéticos están presentes en quienes piensan invertir en el país o toman las decisiones políticas e institucionales trascendentales. Y es evidente que la falta de una alternativa viable de la centro derecha, que supere la polaridad de los últimos lustros, sigue paralizando al Perú y a su sociedad.

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