NO HAY DEMOCRACIA NI CRECIMIENTO SIN CONTROL DE LAS EOENEGÉS
La democracia peruana, el sistema republicano, de ninguna manera puede renunciar a fiscalizar y controlar el financiamiento externo de las oenegés que promueven políticas públicas que devienen en típicas acciones políticas. De lo contrario, se estaría aceptando el ensayo de un régimen político en el que formalmente se eligen poderes con soberanía (Ejecutivo y Legislativo elegidos por sufragio), mientras que el sistema de poder político se traslada a una red nacional y regional de oenegés, financiadas desde el exterior con el objeto de convertir al Perú en un país de segunda clase, en el que el crecimiento, el desarrollo y las inversiones dependen de la agenda de otros estados y otros sectores económicos mundiales.
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La extraña negativa de las oenegés a ser fiscalizadas por el Estado de derecho
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