DESTACADASOPINIÓN

OPINIÓN/ 2025 ¿Un año para la recuperación económica peruana?

Escribe: Aldo Lorenzzi Bolaños

Es imprescindible comenzar a establecer las bases de esta transición con políticas públicas orientadas a reformas. Estas deben generar condiciones para elecciones transparentes en 2026.

Este año se presenta para muchos especialistas económicos y de otras disciplinas como un año cargado de expectativas para nuestro país. Esto se debe a nuestra economía relativamente estable y al creciente interés de diversos grupos económicos en invertir en el Perú.

Sin embargo, la reactivación económica no ocurre de manera espontánea. No basta con aumentar la Remuneración Mínima Vital (R.M.V.) o incrementar ciertos impuestos para que el Estado recaude más dinero con la intención de invertir en obras públicas o programas sociales. Considero que esta no es la forma adecuada de fomentar la reactivación económica.

Factores externos podrían impedir que, según las proyecciones del Banco Central de Reserva (BCR) y otros organismos económicos, el Perú alcance un crecimiento de entre 2.8 % y 3 % en este año. Entre esos factores destacan las constantes crisis políticas, cada vez más frecuentes, y los escándalos de corrupción gubernamental, que debilitan las instituciones y generan desconfianza en los inversionistas.

El 2025 debería ser un periodo de transición y diálogo entre las fuerzas políticas. Al ser un año preelectoral, lo más importante es alcanzar la tan ansiada estabilidad como país. Sin esta condición, no es posible consolidar ni recuperar la economía. La sociedad peruana sufre un desgaste significativo de toda la clase política, agravado por tensiones sociales, lo que dificulta aún más cualquier esfuerzo de recuperación.

Es imprescindible comenzar a establecer las bases de esta transición con políticas públicas orientadas a reformas. Estas deben generar condiciones para elecciones transparentes en 2026. El Perú necesita estabilidad política e institucional para lograr la recuperación y consolidación económica. Un país sin instituciones sólidas no es atractivo para nadie. En este sentido, es fundamental fortalecer órganos clave como el Poder Judicial y la Fiscalía, que actualmente están ideologizados y no cumplen eficientemente su rol, lo que impide el pleno estado de derecho.

No podemos basarnos en una percepción irreal de la situación. El Perú necesita reformas profundas en todos los ámbitos, no solo para reactivar la economía, sino para alcanzar un desarrollo sostenible y genuino.

Es de esperar que el actual gobierno comience a sentar las bases de estas reformas urgentes. El siguiente gobierno deberá implementarlas con todas las condiciones necesarias. Este podría ser el mayor logro de la administración actual: dejar un legado importante de estabilidad y preparación para el futuro. En los próximos meses veremos si las autoridades logran leer correctamente la realidad o prefieren perpetuar el statu quo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *