Tenemos demasiado tiempo votando en contra de alguien y miren cómo nos va. Ya es momento de votar a favor de algo.
Por eso quiero ahora dedicarme a proponer unas pocas cosas indispensables de cara a las elecciones de 2026. Si bien el marco económico, político e institucional es fundamental, al respecto está claro que:
1. Debemos mantener los equilibrios macroeconómicos (fiscal, monetario y externo) a toda costa. E igual estimular la inversión privada responsable que, además de rentable, cultive estándares ambientales y sociales de primer nivel.
2. La reforma política y del sistema de justicia impulsada en 2018-2019 ha sido un auténtico desastre. Hoy tenemos 39 partidos políticos y vamos por más, un Congreso repugnado, un Ministerio Público desacreditado y un Poder Judicial cuestionado. Esto tiene que cambiar raudamente o no habrá salida. Estamos probablemente, insistiré en esto, ante nuestra última oportunidad.
3. La ciudadanía debe sentirse incluida en la democracia o se sentirá llamada a abandonarla. Lograrlo puede parecer tarea de titanes, pero necesitamos titanes. ¿No hay? Habrá que buscarlos, si no en líderes individuales, quizá sí en equipos confiables de gestión.
Con esos criterios generales en común, pasemos a priorizar.
Seguridad interna y defensa nacional
La principal preocupación vigente de la sociedad peruana es la seguridad ciudadana. Nayib Bukele en El Salvador, con sus más y con sus menos, ha demostrado que sólo una intervención integral, consistente y rápida permite obtener los resultados que la población espera.
En la teoría, el tema está zanjado y se trata de control territorial y estrategia de cuadrantes, en resumen: si hay un mapa del delito y los territorios críticos están identificados, se trata de actuar en inteligencia y control a través de la Policía, con soporte de la Fuerza Armada para circundar esos territorios e impedir el desplazamiento de los delincuentes, con el apoyo municipal y vecinal y de procesar delitos y delincuentes con celeridad y eficiencia.
Una de las cosas que más me ha sorprendido últimamente es comprobar que muchas entidades públicas nacionales, regionales y municipales tienen documentos de estratégicos con ambos criterios. Consultorías bamba contratadas por ocho UIT y una (o quizá dos) quedó en el camino. Papel, papel y más papel. Probablemente papel higiénico.
Se trata entonces, esencialmente, de voluntad y decisión política. Busquemos al candidato que nos convenza de que sí lo puede hacer. Desconfiemos de quien sólo exhiba papeles y de quien sólo hable generalidades.
Un tema a dejar claro es que los derechos humanos de los ciudadanos son mucho más importantes que los derechos humanos de los delincuentes. No son iguales. A elegir se ha dicho.
Crecimiento económico e incremento del empleo
Como bien dice Jorge Melo-Vega, el mejor indicador de desarrollo es el empleo decente. Por tanto, cualquier postulación debería persuadir nos de cuánto empleo se propone generar y cómo lo piensa lograr. Cualquiera que nos diga que el Estado se hará cargo del empleo, nos está mintiendo y nos está condenando al desastre.
El empleo decente sólo se genera mediante inversión sostenible y no eventual. El Estado asume una porción de esa inversión, en vialidad y servicios públicos, pero lo fundamental es la inversión privada responsable.
El rol del Estado es asegurar este tipo de inversión en el escenario de las concesiones que otorgue, asegurándose de mantener el entorno competitivo. En este punto Proinversión debe gozar de plena autonomía y alto perfil técnico en sus distintos niveles de gerencia, al mismo tiempo que un equipo central con pergaminos de éxito en los ámbitos socioambientales. Es tiempo de desalentar definitivamente a quienes mantienen el conflicto, rentando de su pervivencia. A aquellos que no resuelven nada pero cobran puntualmente. La gestión socioambiental debe estar gobernada también por el éxito. Y esto último también va dirigido a las empresas.
Las oportunidades económicas del país florecen. Su posición de hub portuario de Sudamérica hacia y desde el Pacífico ha abierto ya una ruta inevitable al Atlántico, vía Brasil. La presencia de Hyunday en la industria naval en asociación con SIMA. El anuncio de la instalación de una planta de BYD (el mayor productor mundial de autos eléctricos) en el país. Incluso el posible montaje de una estación de la NASA para el lanzamiento de sondas espaciales. Todo en curso.
El potencial minero del país permanece intacto, el posicionamiento agroexportador es creciente y su fortaleza monetaria es cada vez más admirada.
Sólo un gobierno desastroso, como los que venimos teniendo desde 2016, puede impedir el despegue de nuestro país.
En consecuencia, todo lo que se requiere es coherencia. Los resultados de empleo hablarán de esa coherencia y el consenso social será indudable.
Del mismo modo es vital corregir la estructura presupuestal del Estado para que éste deje de dedicarse al pago de planillas y contratación de servicios (que hoy bordea el 80% del gasto público total) y se destine principalmente a la inversión pública. Si en cinco años la matriz planillera del presupuesto se reduce, por ejemplo, al 60% del gasto público, y la inversión del Estado en infraestructura básica y vial y en servicios básicos se incrementa al 40% habremos dado un paso gigantesco.
Reforma política y del Sistema de Justicia
Unos pocos cambios devolverán la confianza a la población en el sistema democrático. El más importante de todos es la renovación por mitades del Congreso a medio término, es decir que los electores podamos cambiar a la mitad de los parlamentarios a la mitad del período constitucional de gestión, de este modo los representantes sabrán que no pueden ejercer con impunidad su cuota de poder y que aquellos que incurran en trapacerías seguramente serán expectorados por el pueblo. Así que, a portarse bien o… ¡pá afuera, pá la calle!
En cuanto a fiscales y jueces, la aplicación de la suspensión provisional, hasta por un año, ante la admisión de cualquier denuncia debidamente calificada por la Junta Nacional de Justicia podría ser una salida transitoria para evitar abusos o prevaricato. A contraparte, en caso no demostrarse responsabilidad específica, el (la) denunciante deberá ser objeto de investigación automática por denuncia maliciosa. Pesos y contrapesos le dicen.
Mientras tanto deberá procederse a una reforma integral del Sistema de Justicia a cargo de expertos reconocidos, quizá ex presidentes del Tribunal Constitucional, que deberá ser sometida a referéndum.
Pero lo importante es demostrar, desde el primer día, voluntad y competencia para enfrentar los temas fundamentales.
Igual debe suceder con la reforma de la Ley de Organizaciones Políticas y asegurar la representatividad de partidos y movimientos. Eso podría encargarse a una Comisión de ex presidentes del Congreso que nunca hayan sido objeto de una moción de censura. ¿Cuántos habrá?
Seguramente alguien dirá que faltan cosas y diré que por supuesto que sí, por ejemplo rectificar la fallida estructura de descentralización del país. Pero hay cosas que pueden esperar un poco y otras que es mejor hacer con calma.
Lo que importa es que el debate electoral satisfaga al país y que, por primera vez en mucho tiempo, podamos elegir lo mejor y no a cualquiera con tal de que no salga aquel o aquella.