Presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Arequipa
Al centrarse en impulsar la inversión privada, diversificar la economía, mejorar infraestructura y servicios, y fortalecer el capital humano, se puede construir un futuro más próspero para todos los arequipeños
La reciente jornada de trabajo llevada a cabo en Arequipa, donde 23 presidentes de cámaras de comercio e industria del país se reunieron con la CONFIEP, marca un hito significativo en la búsqueda de soluciones para mejorar el ambiente de negocios en las regiones peruanas. Este encuentro, que culminó con el informe “Propuestas para mejorar el ambiente de negocios en las regiones” y Declaración de Arequipa, no solo es un ejercicio de diálogo, sino también un llamado a la acción para abordar las problemáticas que afectan a las diversas macrorregiones del país.
El informe identifica una agenda de 40 iniciativas prioritarias, con una cartera de proyectos que asciende a 40,139 millones de soles, abarcando sectores vitales como agricultura, transporte y turismo. Sin embargo, más allá de los números, lo que realmente se necesita es una reflexión profunda sobre cómo estas iniciativas pueden traducirse en cambios tangibles para la población. La seguridad ciudadana, la educación adaptada a las necesidades productivas y una infraestructura adecuada son solo algunas de las áreas que requieren atención urgente.
Uno de los efectos más destacados de estas iniciativas sería el impulso a la inversión privada. Arequipa ya ha demostrado ser un destino atractivo para los inversionistas, gracias a su posición competitiva y su capacidad para aprovechar oportunidades en el libre comercio. La inversión en infraestructura, como el proyecto Majes-Siguas II, que contempla la irrigación de 38,500 hectáreas y la creación de 200,000 empleos, es un claro ejemplo de cómo se puede dinamizar la economía local, pero ahora el objetivo es buscar su destrabe y esperar el fallo del arbitraje. Este tipo de proyectos no solo mejoran la producción agrícola, sino que también generan un efecto multiplicador al crear empleo y fomentar el desarrollo de servicios relacionados.
La Declaración de Arequipa resalta el consenso entre los presidentes sobre la necesidad de articular esfuerzos para enfrentar problemas graves como la corrupción y la incompetencia en el sector público. Este aspecto es crucial; no se puede hablar de un entorno propicio para los negocios si las instituciones que deben garantizarlo están marcadas por la desconfianza y el fracaso.
Desde la CONFIEP, con su presidente Alfonso Bustamante Canny, los representantes regionales coinciden en señalar que los próximos dos años son determinantes para el futuro del país. Esta afirmación resuena con fuerza en un contexto donde se decidirán nuevas autoridades subnacionales y un nuevo gobierno. Por ello, desde las cámaras regionales entendemos el potencial de ser agentes de cambio significativos, pero esto solo será posible si logran movilizar a sus bases y generar un verdadero compromiso con el desarrollo regional.
COMPROMISO. La participación activa del sector empresarial es fundamental para combatir la pobreza y cerrar brechas sociales. La inversión privada es vista como la única vía viable para dinamizar la economía local y proporcionar acceso a servicios básicos de calidad. Sin embargo, esto requiere un entorno favorable que permita a los empresarios operar sin obstáculos burocráticos ni inseguridad jurídica.
El desafío es claro: se necesita una colaboración efectiva entre los gobiernos nacional, regionales y locales. La responsabilidad compartida es esencial para impulsar el desarrollo del país. Las cámaras de comercio deben ser más que meros observadores; deben convertirse en catalizadores del cambio, promoviendo políticas públicas que respondan a las necesidades reales de sus comunidades y eso resume la Declaración de Arequipa.
Otro aspecto importante es la creación del Consejo de Cámaras de Comercio de la región sur, un paso positivo hacia esta dirección. Sin embargo, es crucial que este consejo no se convierta en otro espacio más sin poder real y asumimos ese reto que debe ser un foro donde se discutan abiertamente los problemas y se propongan soluciones concretas.
La jornada en Arequipa ha sido un momento propicio para reflexionar sobre el rumbo que debe tomar el país. Las propuestas discutidas son solo el inicio; su éxito dependerá de la voluntad política y del compromiso genuino por parte de todos los actores involucrados. La lucha contra la corrupción y la promoción de un ambiente favorable para los negocios son tareas urgentes que requieren acciones decididas, donde los gremios empresariales estamos asumiendo esos desafíos con el único objetivo: Un Perú que encuentre la ruta de la transformación y desarrollo.
Si bien el camino hacia un mejor clima empresarial está lleno de desafíos, también está lleno de oportunidades. La capacidad de los líderes empresariales para unir fuerzas y trabajar en conjunto será determinante para transformar estas propuestas en realidades palpables que beneficien a todos los peruanos. En este sentido, queda claro que el futuro no solo se construye desde las oficinas centrales, sino desde cada rincón del país donde hay una cámara dispuesta a hacer su parte por el desarrollo sostenible y equitativo del Perú.
En resumen, la implementación efectiva de las propuestas presentadas por las cámaras de comercio e industria puede transformar significativamente el panorama económico de Arequipa, esto también debe darse en cada región y rincón de este país que está lleno de oportunidades.
Al centrarse en impulsar la inversión privada, diversificar la economía, mejorar infraestructura y servicios, y fortalecer el capital humano, se puede construir un futuro más próspero para todos los arequipeños. Sin embargo, este proceso requiere no solo voluntad política sino también un compromiso real por parte de todos los actores involucrados para superar los retos actuales y garantizar que las oportunidades sean accesibles para todos.