OPINIÓN/ Dina Travel

NO ATRACO

Escribe: Elmer Barrio de Mendoza

Es cierto que nuestra presidente casual representa formalmente al Estado Peruano, pero no representa la fe religiosa de la población.

El Papa es peruano. Eso es un hecho fuera de discusión. Que Dina Boluarte viaje a su entronización no sólo no lo es sino que casi nadie lo desea. Solicitar autorización para viajar en esta circunstancia parece tener más posibilidades de éxito que cuando la
pidió para acudir a los funerales de Francisco. Sin embargo, sigue siendo un requerimiento impertinente. Se le cae el gabinete y la delincuencia campea.

El rechazo de la ciudadanía a la presidente es macizo y, me atrevo a decir, irreversible, haga lo que haga o lo que no haga. Esa oportunidad la perdió en el primer trimestre de 2023.

León XIV es el nuevo Papa. Su tarea pastoral la desarrolló en el Perú, específicamente en el norte del país. Exactamente allí, se ha sabido hoy, la presidente Boluarte tiene una aprobación del 0%).

El particular afecto episcopal de Leoncio por la diócesis de Chiclayo, fue explícito desde el mismo momento de su proclamación como Sumo Pontífice. Diáfano y rotundo fue Robert Prevost, el otrora padre Roberto, el jueves 8 de mayo de 2025.

Quienes mejor representarían al Perú en el Vaticano, en la entronización del Papa, sería una delegación de fieles de su diócesis reciente. A ellos los quiere el Santo Padre… y ellos no quieren a Dina.

Es cierto que nuestra presidente casual representa formalmente al Estado Peruano, pero no representa la fe religiosa de la población. Nadie la quiere allá, no imponga su inútil presencia.

La formalidad no debería ponerse por encima de la realidad, y así debería entenderlo la señora Boluarte. La necesidad de exhibir su nuevo rostro a nivel internacional no lo justifica. Y tampoco nadie se dará cuenta de su nuevo look.