OPINIÓN/ El “casus belli” para la guerra Rusia-OTAN
Escribe: Ricardo Sánchez Serra*
Por conveniencia, ideología, prejuicio, pura ignorancia o rusofobia, algunos pseudointelectuales eluden explicar las verdaderas razones detrás de la intervención rusa en Ucrania mediante la operación militar especial del 24 de febrero de 2022. Prefieren construir un relato sesgado, retratando a Moscú como el único agresor.
Estas narrativas han sido intensificadas de manera insidiosa por una maquinaria propagandística occidental, operada por agencias de inteligencia y compañías especializadas en marketing político. Con un aluvión de desinformación, lograron manipular la opinión pública y eliminar espacios de pensamiento crítico al censurar medios rusos.
Analistas, periodistas y destacadas corporaciones mediáticas se sumaron a este juego de distorsión, consolidando su “credibilidad” en un entorno donde las voces disidentes eran etiquetadas como prorrusas, agentes o espías y sometidas al desprestigio.
“La raíz del conflicto yace en las promesas no cumplidas. Estados Unidos, bajo la administración de George Bush, garantizó a la URSS que la OTAN no se expandiría hacia las fronteras rusas a cambio de la reunificación alemana.”
Sin embargo, las estrategias de desinformación están sufriendo un duro revés. La verdad comienza a salir a la luz, impulsada, entre otros factores, por la postura disruptiva de Donald Trump. En un movimiento políticamente audaz, el presidente estadounidense se negó a condenar a Rusia y urgió a Volodímir Zelenski a iniciar negociaciones, advirtiendo que, de no hacerlo, Ucrania podría enfrentarse a una devastación total o incluso a la pérdida de su propia existencia como nación.
Muy buen artículo