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OPINIÓN/ El déficit fiscal, el crecimiento y la productividad de la economía

(El Montonero).– El Consejo Fiscal acaba de enviar una carta al ministro de Economía, José Salardi, expresando su preocupación sobre la sostenibilidad fiscal y planteando medidas para cerrar la brecha fiscal. En la misiva se proponen lineamientos claros para controlar el gasto público y garantizar los ingresos fiscales. Por otro lado, se expresa preocupación con respecto al anuncio del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) sobre la posibilidad de crecer 4% del PBI. El motivo: los organismos multilaterales y los economistas en general proyectan una expansión de menos de 3%. Igualmente se manifiesta preocupación por las propuestas de exoneraciones tributarias planteadas por el MEF.

Consejo Fiscal manifiesta preocupación sobre proyecciones del MEF

 

Es incuestionable que durante el gobierno de Dina Boluarte el déficit fiscal se ha descontrolado a tal extremo que, durante dos años consecutivos, el Perú incumplió sus compromisos fiscales; no obstante que unos años atrás era un ejemplo mundial en el manejo de esta variable.

El año pasado el gasto excesivo, los subsidios permanentes a Petroperú, el bajo crecimiento y la nula voluntad del Ejecutivo de reducir y racionalizar gastos explica que el déficit sume alrededor de 3.6% del PBI. El actual gobierno nunca pareció interesado en controlar el déficit y siempre buscó arrimar el problema al nuevo gobierno.

En este contexto, la preocupación del Consejo Fiscal es legítima, considerando que la proyección del crecimiento del MEF del 4% del PBI puede ser cuestionada a la luz de la situación de nuestro PBI potencial, la trayectoria de la inversión privada y otras variables. El precio de los minerales, las asociaciones público-privadas y el shock regulatorio que anunció el MEF como las claves del crecimiento de este año necesitan materializarse.

Igualmente, la preocupación del Consejo Fiscal es razonable con respecto a las exoneraciones. La propuesta de crear zonas especiales económicas especiales es una vieja idea que ha fracasado en el Perú y puede prestarse a resquebrajar el modelo económico.

Sin embargo, el proyecto de restablecer el régimen promocional en el agro es una iniciativa absolutamente diferente: no corresponde a una región o provincia sino a un sector de la economía cuya productividad frente a los mercados mundiales demanda un régimen especial.

Por otro lado, el régimen promocional agrario fue parte del modelo económico de las últimas dos décadas que posibilitó cuadruplicar el PBI y reducir la pobreza del 60% de la población a 20% antes del gobierno de Pedro Castillo (ahora se acerca al 30%). En ese entonces se solía manejar un déficit fiscal de 1% del PBI, un ejemplo mundial.

Sin embargo, el gran problema de la discusión sobre cómo reducir el déficit al margen de reformas que incrementen la productividad y competitividad de la economía es que, de una u otra manera, desvía la mirada del statu quo que ha creado una tendencia excesiva a los gastos, al margen de los ingresos fiscales del Estado.

El Perú tiene un potencial de crecimiento del PBI (capacidad de crecer sin generar inflación) que apenas sobrepasa el 3%, una cantidad ínfima por falta de una nueva oleada de reformas. Sin embargo, el país podría tener un PBI potencial de crecimiento superior al 6% del PBI, una expansión que nos permitiría reducir varios puntos porcentuales de pobreza cada año.

Para cambiar el statu quo del país necesitamos acabar con el Estado burocrático que consume casi un tercio del PBI; es decir, que gasta de tal manera que es la explicación directa del descontrol del déficit fiscal.

Acabar con el Estado burocrático significa terminar con la sobrerregulación de los procedimientos estatales, reducir oficinas y burocracia innecesaria y cerrar, por lo menos, la mitad de los ministerios que se crearon por criterios ideológicos.

Sobre esa base será posible imaginar una reforma tributaria que baje tasas y simplifique los cobros de los impuestos, y también una reforma laboral que establezca la flexibilidad laboral en los contratos de trabajo, a semejanza de las sociedades desarrolladas con pleno empleo.

Junto a esas transformaciones plantear reformas en el sistema educativo, en el de salud y la solución de los problemas de infraestructuras son las claves que nos permitirán crecer sobre el 6% y volver a ser campeones mundiales en el manejo del déficit fiscal, como en años anteriores.

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