OPINIÓN

OPINIÓN/ El día de la patria

Escribe: Francisco Diez-Canseco Távara (*)

 

El Día de la Patria debe ser también un día de compromiso. Que los símbolos que veneramos —la bandera, el himno, los próceres— no sean solo motivo de orgullo emotivo, sino llamados a la acción.

 

Cada 28 de julio, el Perú conmemora un nuevo aniversario de su independencia. Es el Día de la Patria, una fecha que no debe limitarse a ceremonias formales, discursos oficiales o desfiles coloridos. Debe ser una jornada de profunda reflexión sobre quiénes somos, qué hemos heredado y hacia dónde vamos como nación.

Nuestros héroes republicanos —desde los libertadores como San Martín y Bolívar hasta los mártires civiles y militares que forjaron la república en sus momentos más críticos— nos legaron valores fundamentales: el amor a la libertad, el compromiso con la justicia, el sentido del deber y la entrega generosa al bien común. Esos valores, ganados con sangre, con ideales y con sacrificios, son el verdadero patrimonio moral del Perú.

En un tiempo en que la política se degrada por el oportunismo, la corrupción y el olvido de la historia, urge que nuestra juventud asuma con orgullo y responsabilidad esa herencia. No basta con recordar, es necesario recoger el testimonio. La Patria no es solo un territorio: es una misión, una identidad compartida que nos convoca a servir, no a servirse de ella.

Hoy más que nunca, el Perú necesita jóvenes que comprendan que la libertad no es un privilegio individual sino una conquista colectiva que debe defenderse con integridad y coraje. Necesita ciudadanos que no se resignen ante la injusticia, que cuestionen las mentiras cómodas y que estén dispuestos a construir un país más digno, más equitativo, más unido.

El Día de la Patria debe ser también un día de compromiso. Que los símbolos que veneramos —la bandera, el himno, los próceres— no sean solo motivo de orgullo emotivo, sino llamados a la acción. A una acción moral, cívica, transformadora. No hay verdadera celebración de la independencia sin voluntad de construir un Perú libre de indiferencia, de cinismo y de desesperanza.

En este 28 de julio, reafirmemos el ideal republicano que nos fundó: una nación de ciudadanos libres, responsables y solidarios. Y que esa llama, encendida por nuestros héroes, arda con fuerza en el corazón de las nuevas generaciones. Porque la Patria no se hereda: se construye cada día, con amor, con coraje y con verdad. Y requiere hoy de una auténtica y profunda Revolución Pacífica.

(*) Presidente de Perú Acción
  Presidente del Consejo por la Paz

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