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OPINIÓN/ El discurso de Davos

Escribe: María del Pilar Tello

Le tocaba transmitir confianza y seguridad sin recurrir a la mentira que desconcierta, decepciona y genera tensiones internas innecesarias.

 

Cuando un presidente interviene en el Foro Económico Mundial de Davos, se espera un discurso estratégico, inspirador y alineado con los temas relevantes nacionales y globales. Lamentable que Dina Boluarte haya perdido la oportunidad de definir una visión ambiciosa pero realista sobre el Perú que no es el país de las maravillas, pero tiene un rol en los asuntos de la región y algo que decir en los mundiales.

Los temas esenciales para el foro son la sostenibilidad, la economía digital, la desigualdad, la transición energética y la cooperación internacional. Se trataba de exponer las reformas o iniciativas nacionales importantes para la comunidad internacional. En especial enfatizar el interés de trabajar con otros países, empresas e instituciones para enfrentar retos comunes.

Nuestra presidenta no tiene un liderazgo que le podamos reclamar, pero le era posible resaltar  con la verdad algunos casos de éxito en políticas públicas, inversiones extranjeras, infraestructura para justificar la invitación a explorar oportunidades en el país. Y apoyar su discurso con datos concretos que reforzaran su credibilidad y no ha sido el caso. Davos es seguramente el foro más notable para fomentar acuerdos o diálogos con líderes empresariales, sociales y políticos.

Le tocaba transmitir confianza y seguridad sin recurrir a la mentira que desconcierta, decepciona y genera tensiones internas innecesarias. Un poco más de preparación y asesoría nos hubiera deparado un mejor resultado. No es justo para nadie que sobre el momento tan difícil que vivimos en inseguridad y pobreza se pinten situaciones que no existen. En un momento que ya es pre electoral debemos pensar en este presente convulso para superarlo y reflexionar en la forma de hacerlo con responsabilidad y sin demagogia que lesiona la credibilidad de la democracia y la calidad de nuestra política nacional.

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