DESTACADASOPINIÓN

OPINIÓN/ ¿El INEI está en contra del mestizaje nacional?

(El Montonero).- La denuncia del Centro Wiñak y del diario Perú21 acerca de que en las preguntas del Censo Nacional del 2025, se ha relegado la pregunta sobre si reconoce o no como mestizo al lugar de “otros” es un asunto de extrema gravedad para el futuro de la democracia y las libertades en el Perú. Y el hecho de subrayar en las interrogantes la condición de quechua, aimara y la pertenencia a pueblos originarios y la condición de moreno, zambo, afroperuano, entre otros, nos revela que existe una estrategia ideológica muy marcada de ocultar el intenso mestizaje que caracteriza a la peruanidad y de subrayar las diferencias de algunas minorías étnicas. Más allá de cualquier encuesta de autopercepciones es incuestionable que el mestizaje en el Perú supera el 80% de la población.

Se pretende que la identidad mestiza sea considerada como “otros”

 

¿Cómo es posible que el Instituto Nacional de Estadística (INEI) se embarque en una empresa ideológica tan evidente? Es el resultado de la intensa guerra cultural que desarrollan las corrientes progresistas y neocomunistas en función de sus estrategias de poder, y en el intento de crear repúblicas plurinacionales basadas en las identidades étnicas antes que el principio de la democracia representativa de un ciudadano un voto.

La sobrevaloración de las identidades quechua, aimara o de algunos pueblos amazónicos en base a las autopercepciones de los entrevistados y la vinculación de estas realidades con ciertas condiciones de exclusión social y atraso económico, en el acto, genera el impulso para proponer un sistema de democracia identitaria con el objeto de sobrerrepresentar a ciertas minorías. Esa es la base, por ejemplo, de la llamada república plurinacional de Bolivia, que reconoce hasta 36 nacionalidades.

De allí también partió la propuesta de la primera convención constituyente en Chile, que propuso una república plurinacional para acabar con la unidad del Estado y el propio Estado de derecho en Chile. Y de esa misma matriz ideológica también proviene la propuesta de república plurinacional con equidad de género que planteó Pedro Castillo para perpetrar su intento de golpe de Estado que fracasó.

La condición fundamental para que prosperen este tipo de propuestas pasa por abolir, negar, la condición mestiza y mayoritaria de las sociedades de América del Sur. Así pasó en Bolivia y así casi sucede en Chile, y los funcionarios ideologizados del INEI pretenden avanzar en ese sentido en el Perú. En Bolivia, incluso, la palabra y el concepto de mestizaje están prácticamente abolidos de todos los documentos nacionales.

Quienes pretendan minimizar esta situación se equivocan de cabo a rabo. En Chile, por ejemplo, un país con muy poca presencia indígena –en comparación con Bolivia y Perú– se llegó a formular un proyecto de constitución que proponía organizar un sistema soviético en base a identidades étnicas, sexuales y de género, que partían de la autopercepción de los electores.

En el Perú todo es mestizaje, todo hace referencia a lo mestizo. Desde las comunidades de los Andes que son réplicas fieles de las comunidades de Castilla en España, pasando por las gramáticas del quechua y el aimara –escritas y redactadas por sacerdotes españoles–, hasta las tradiciones culturales, la fuerza de la tradición católica, entre otros.

Ese mestizaje desarrollado en tres siglos virreinato adquirió un impulso superlativo con las migraciones andinas de la sierra hacia la costa en el siglo XX, convirtiendo a Lima y las principales ciudades costeñas en las mayores áreas de población andina y mestiza.

Pero las cosas no quedan allí. La Constitución de 1993 y las reformas económicas de los noventa desregularon el Estado y la sociedad y, más allá de la persistencia de la informalidad, fue posible difundir los derechos de propiedad y el derecho de sufragio de todos los peruanos. En ese contexto, en las últimas décadas ha surgido una burguesía de origen andino y algunos, incluso, se reconocen de tradiciones quechuas y aimaras. Todo esto fue posible gracias al mestizaje que desataron los mercados.

¿Cómo entonces en el INEI intentan invisibilizar el mestizaje? El Ejecutivo, el Congreso y la sociedad civil tienen que tomar cartas inmediatas en el asunto.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *