Perú no debe ser ingrato. Muchos desconocen la gravitación que tuvo el juez marroquí, Mohamed Bennouna, de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, que hizo preguntas a las delegaciones peruanas y chilenas que fueron consideradas claves para el fallo final del caso limítrofe entre el Perú y Chile.
En los últimos años las relaciones entre el Perú y el Reino de Marruecos han pasado por altibajos, motivados principalmente por razones ideológicas, que tanto daño hacen a la política exterior y que se retrotraen a la guerra fría.
Parte de la izquierda peruana y sus alas radicales obedecen a los dictados del Foro de Sao Paulo, de reconocer a una fantasmagórica República Saharaui, inexistente en el derecho internacional y no reconocida por las Naciones Unidas, que solo es marioneta de Argelia para que los habitantes secuestrados en los campos argelinos de Tinduf, sean eventuales carne de cañón de los apetitos expansionistas de Argel de salir al Atlántico a costa de Marruecos.
En el Perú los sirvientes del gobierno corrupto de Pedro Castillo, como Manuel Rodríguez Cuadros, Óscar Maúrtua de Romaña y César Landa minimizaban las relaciones con Marruecos y favorecían a la RASD, marioneta de Argelia. Y, como reitero, solo por fines ideológicos y contra los intereses del Perú.
Solo hubo un breve y valiente paréntesis, con el canciller Miguel Ángel Rodríguez Mackay, que desconoció a la RASD y fue contradicho por el mandatario Castillo (que rechazó la donación marroquí de 125 millones de dólares en fertilizantes en un momento crucial de necesidad), hoy preso, que enfrenta cargos de rebelión, conspiración y pertenencia a una organización criminal.
Se han cumplido y celebrado 60 años de relaciones diplomáticas con Marruecos y 20 años de la visita del rey Mohamed VI. Hay muchas frases bonitas: mejoraremos las relaciones, fortaleceremos intercambios económicos y comerciales, se está viendo la posibilidad de firmar un Tratado de Libre Comercio. Asimismo, de acuerdo a la VII Reunión de Consultas Bilaterales entre ambos países, se fortalecerá la cooperación técnica en educación y cultura, recursos hídricos, agronomía, ciencia y tecnología, y turismo.
Sin duda, una hoja de ruta multisectorial muy bonita y beneficiosa, y que pudo ser mejor.
Pero ¿qué hay de concreto? Está claro que dicha hoja de ruta obligará a la suscripción de acuerdos prioritarios para ambos países. Empezaremos de cero o ¿qué está en camino?
En lo político, está claro que el Perú debe seguir apoyando a las Naciones Unidas en sus esfuerzos por solucionar el problema ficticio del Sahara Occidental. Debe estar claro que libre determinación del pueblo saharaui, no pasa por el referendo.
Desde 2007, varias resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU han reconocido la propuesta de autonomía presentada por Marruecos como una solución viable para el conflicto del Sáhara Occidental. Estas resoluciones han apoyado la Iniciativa marroquí de autonomía y han subrayado la importancia de las Mesas Redondas como el único mecanismo apropiado para alcanzar una solución política justa y duradera. Cabe mencionar que Argelia, siendo el protagonista del problema, no acepta integrar dichas mesas, lo que obstaculiza cualquier acuerdo.
Sin embargo, numerosos países apoyan el plan de autonomía marroquí como Alemania, Francia, Países Bajos, Israel, Bélgica. Estados Unidos reconoció la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental y, por supuesto, los estados árabes, salvo uno. Es importante relievar que España, expotencia colonizadora, considera la iniciativa de autonomía marroquí como la base más seria, realista y creíble para resolver el conflicto.
En Latinoamérica han mostrado su apoyo a la autonomía marroquí, Chile, Ecuador, Panamá, El Salvador, Guatemala, República Dominicana, entre otros. Y el Perú… ¿Sigue anclado en la guerra fría?
Marruecos traza una línea divisoria clara, considerando como amigos a aquellos que apoyan la integridad territorial del Reino.
Debe tenerse en cuenta que Marruecos es un país geopolíticamente importante en África y en el escenario mundial y puede facilitar la cooperación en foros multilaterales, beneficiando a Perú. En los pasillos onusinos se comenta que influye en países árabes y africanos, es decir, más de 60 votos.
El puerto marroquí de Tánger es el primer puerto del Mediterráneo y el mayor de África y se está construyendo el megapuerto de Dajla, que será el mejor del Atlántico Sur, lo que favorecería a una mejor relación con los puertos peruanos de Chancay y Paita, una puerta de entrada del Perú y de los países latinoamericanos a este continente y viceversa.
Como señaló el “Canciller” del Congreso, el parlamentario Ernesto Bustamante “consideramos que sería muy importante que el Perú establezca un Consulado General en el sur de Marruecos, en Dajla, que pondría al Perú como el primer país sudamericano en abrir un Consulado allí. Ya hay 30 países en el mundo que han constituido consulados allí, afianzando el reconocimiento a esa zona de Marruecos como de total soberanía, y que cuenta con autonomía regional calificada”.
Pendiente se encuentra también, con más de diez años “de estudio”, la exención de visas para los ciudadanos marroquíes. Cabe recordar que Marruecos no exige visa para los peruanos desde hace más de diez años.
En la mejora de las relaciones con Marruecos, el Perú no debe ser ingrato. Muchos desconocen la gravitación que tuvo el juez marroquí, Mohamed Bennouna, de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, que hizo preguntas a las delegaciones peruanas y chilenas que fueron consideradas claves para el fallo final del caso limítrofe entre el Perú y Chile. Los detalles están de más.
Se debe empezar ahora a relanzar las relaciones con Marruecos, Es imperativo reforzar nuestras relaciones bilaterales con determinación y visión de futuro, dejando atrás cualquier tibieza o anquilosamiento del pasado.
*Premio mundial de periodismo “Visión Honesta 2023”