OPINIÓN/ El transporte en Arequipa: Una crisis que exige soluciones inmediatas

Escribe:  Julio Cáceres Arce

Presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Arequipa

Necesitamos acción, no más discursos. Estamos dispuestos a aportar recursos, conocimiento y voluntad para impulsar proyectos que transformen nuestra ciudad.

De acuerdo al 14º ranking anual de la empresa de geolocalización y GPS, TomTom Traffic, Perú enfrenta un escenario alarmante: tres de sus ciudades están entre las 20 con peor tráfico vehicular a nivel mundial. Lima se ubica en el puesto 7, Trujillo en el 9 y Arequipa se posiciona en el lugar 16, evidenciando una crisis de movilidad que afecta gravemente al país.

¿Qué significa esto? Según el reporte, en Lima, recorrer 10 kilómetros toma en promedio 33 minutos y 12 segundos, un incremento considerable respecto a lo registrado en 2023. En Trujillo, el tiempo promedio es de 32 minutos y 56 segundos. Estos tiempos se traducen en 155 horas perdidas anualmente para los limeños y 102 horas para los trujillanos. La situación es algo parecida con los arequipeños con un tiempo promedio de 32 minutos y 1 segundo para recorrer 10 kilómetros, acumulando 125 horas perdidas al año en horas punta.

Como representante de la Cámara de Comercio e Industria de Arequipa, no hemos permanecido en silencio ante la crítica situación del transporte que hoy paraliza nuestra ciudad. Los datos son contundentes y demoledores: siete de cada diez ciudadanos pierden 540 horas anuales, equivalentes a 22 días y 12 horas, simplemente trasladándose de su hogar al trabajo y viceversa.

La crisis no es un problema menor. Representa un verdadero obstáculo para el desarrollo económico y social de Arequipa. Desde 2019, más de 70 mil vehículos nuevos se han incorporado al parque automotor, saturando completamente nuestra infraestructura vial y colapsando un sistema de transporte público ya de por sí precario.

Hemos presentado propuestas concretas, como el proyecto de teleféricos, que podría transportar 120 mil personas diariamente en un tramo de 18 kilómetros, conectando puntos estratégicos como el aeropuerto internacional Alfredo Rodríguez Ballón hasta el parque industrial. Sin embargo, la falta de voluntad política ha convertido esta iniciativa en otro proyecto más archivado en los anaqueles de la burocracia pública.

En agosto de 2023 se prometió destinar 100 mil dólares para estudios técnicos. Hasta la fecha, esa promesa sigue siendo solo eso: una promesa vacía. La inversión total para implementar el sistema de teleféricos oscila entre 280 y 300 millones de dólares, una cifra significativa pero absolutamente necesaria para transformar nuestra realidad urbana.

No se trata solo de movilidad, se trata de calidad de vida. Cada minuto perdido en el tráfico es un minuto robado a la productividad, a la familia, al desarrollo personal y profesional. Arequipa se ubica en el puesto 16 del ranking mundial de tráfico vehicular y no lo decimos nosotros, lo dicen prestigiosas consultoras, en este caso TomTom Traffic.

La solución no puede seguir siendo postergada. Necesitamos un sistema multimodal que integre teleféricos, mejore el actual Sistema Integrado de Transportes, amplíe vías y modernice las unidades de transporte público. No es un lujo, es una necesidad urgente.

Como representante del sector empresarial, mi llamado es claro: necesitamos acción, no más discursos. Estamos dispuestos a aportar recursos, conocimiento y voluntad para impulsar proyectos que transformen nuestra ciudad. No podemos seguir permitiendo que la ineficiencia administrativa condene a generaciones enteras a la frustración y el estancamiento.

A las autoridades les recordamos: tenemos la propuesta, tenemos la voluntad y tenemos los recursos. Lo que necesitamos es compromiso real con el desarrollo de Arequipa. No más estudios, no más promesas. Queremos soluciones concretas que mejoren la calidad de vida de nuestros ciudadanos.

Tal como se debatió con expertos y entendidos, aunque con ausencia de algunas autoridades vinculadas al tema, en el Congreso Anual sobre la Región Arequipa 2024, el futuro de la Ciudad Blanca depende de nuestra capacidad de transformar los desafíos en oportunidades. El transporte no es un problema menor, es el sistema circulatorio de nuestra economía y sociedad.

Es hora de actuar, de innovar y de construir la ciudad que todos merecemos.