…así como no tiene que incurrir en sumisión ante China, tampoco tiene que hacerlo ante EUA ni ante nadie.
Terminó el Foro APEC en Lima y el saldo difícilmente pudo haber sido mejor. Por supuesto, la inauguración de la Primera Etapa del Puerto de Chancay (un evento diferente pero coincidente) fue la cereza del pastel.
Es probable que no todos sepamos qué es APEC ni comprendamos aún la importancia de la cooperación económica Asia-Pacífico, pero ahora todos sabemos:
1. Que tenemos la clave portuaria del comercio de Sudamérica con China, Estados Unidos, Japón, Canadá, Singapur, India, Indonesia, Corea del Sur, Australia y otras grandes potencias económico-comerciales del mundo.
2. Que varias de estas potencias han propuesto acuerdos de cooperación muy concretos con el Perú que pueden derivar en grandes inversiones. Que claramente China haya sacado la delantera no quiere decir que no promovamos inversiones de otras procedencias, todo lo contrario.
3.Que todo esto señala un panorama económico muy favorable para el Perú, en medio de una encuentro del más alto nivel que se ha pronunciado a favor de la generación de trabajo decente a partir del valor compartido.
No tengo duda de que esta comprensión social, todavía inicial, condujo al fracaso del “paro nacional” convocado lamentablemente para enturbiar el evento.
Es que la gran mayoría de las economías de APEC consideran crucial el tema de seguridad pública en el entorno de la inversión y que el vínculo con esas economías sólo puede ayudar a mejorar la gran demanda de la población por seguridad contra la delincuencia.
Lo que falta
El Perú requiere reemplazar la vocación de confrontación por la vocación de consenso. El próximo gobierno debería tenerlo claro, ya que éste no cuenta con la legitimidad suficiente y debe durar sólo lo indispensable.
Esta afirmación, en la que creo hace tiempo, no debería llevarnos a negar el reconocimiento pertinente a la impecable gestión del Foro, a cargo del gobierno. Dina Boluarte no está en capacidad de representar al país por mucho tiempo más, pero esto lo hizo muy bien (con el soporte técnico de la cancillería).
Felicitarla por el evento no significa renunciar a la crítica ni a la oposición a la presidente circunstancial. Sólo significa renunciar a la mezquindad.
Es evidente que hace falta también planificar y ejecutar infraestructura en torno al Puerto de Chancay.
No es tan evidente, pero es fundamental, asegurar la adecuada convivencia de la actividad portuaria con otras actividades tradicionales (en particular la pesca artesanal y la agricultura) aportando modernidad y restaurando los espacios verdes compatibles.
Una gran parte de los acuerdos preliminares alcanzados por APEC, y en los Memorándum de Entendimiento (MoU por sus siglas en inglés) bilateral, apunta a cubrir estas ausencias. Nuevamente no se trata de oponerse sino de proponer.
No digo más al respecto porque otros lo pueden hacer mejor y porque soy enemigo de los enredos político-académicos que complican el entendimiento público. “Si no puedes hacerte entender, dicen que dijo Harry Truman, confúndelos”.
Los opositores tardíos
No es un gran secreto que el avance de la inversión china en el Perú, ha caído como chicharrón de sebo en Estados Unidos. Los gringos se durmieron y sucedió. Al Perú le conviene que no se molesten demasiado y que entren a competir con más inversión, en mejores condiciones.
Pero, así como no tiene que incurrir en sumisión ante China, tampoco tiene que hacerlo ante EUA ni ante nadie. De hecho ya se confirmó la presencia de la NASA en una estación aeroespacial en el norte del país (se menciona explícitamente a Piura).
Igual podría suceder con otro megapuerto en el sur: Corío en Arequipa.
Y así también con otras ofertas de inversión comprometidas en APEC. Japón y Corea del Sur han formulado las más claras. Proinversión, que no lo está haciendo mal, debe actuar con rapidez y eficiencia.
Lo que no está bien es que haya personas que ahora cuestionen a priori la inversión china en Chancay. Que lloren los chilenos no nos acaba de incomodar, pero que lloren algunos peruanos nos hace sospechar. Hay que tomarles la placa.
Estamos ante una ventana temporal, inédita en nuestra historia, y no tiene sentido compararla con la época del guano en el siglo XIX como insólitamente se pretende hacer. A diferencia del guano de islas, que es un recurso natural finito e históricamente sustituible, los servicios portuarios tienen una extensa vigencia temporal y son apenas vulnerables porque responden al interés multilateral.
Los argumentos en contra naufragan contra la realidad. Lo que pueda hacerse mejor, que se haga o que al menos se intente hacer. Eso depende de la calidad de nuestro próximo gobierno (cuanto más próximo mejor) y esa calidad depende de nuestro voto.
Algunos no tienen rubor alguno para aparecer como embajadores del capital anglosajón. Sería bueno que lo tuvieran. Dejen esa chamba a las embajadas, consulados y agregadurías de los países correspondientes. Recuerden aquello de la mujer de César…