La gobernante ya perdió los hitos. La indignación ciudadana contra ella es profunda e insalvable.
A fines del 2023, cuando el débil respaldo popular a Dina Boluarte se diluía al galope hasta llegar (como hoy vemos) a 4 %, señalé en esta modestísima columna que la presidente de la república debía trazarse un camino para consolidar los dos únicos hitos cohesionantes visibles en el porvenir de su gobierno. Estos eran los actos conmemorativos del auténtico bicentenario independentista (por las batallas de Junín y Ayacucho de 1824), y la cita en Lima de los líderes de las 21 economías del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) prevista para noviembre.
“Ser anfitriones de las más grandes líderes de las economías mundiales de la zona Asia-Pacífico, sí será una palanca de credibilidad. Palanca que debe trabajarse como tarea de conjunto persuadiendo al peruano de a pie que tal evento impacta positivamente sobre su realidad y que la agenda de la desglobalización – inyectada tanto por los populismos de izquierda como de extrema derecha – perjudican su futuro. Y la celebración de la histórica jornada bélica del mariscal Antonio José de Sucre contra los realistas en la Pampa de la Quinua, debe revalorar los espacios de nuestra identidad mestiza también vapuleada por ideologías etnocentristas y atrabiliarias (Los nuevos hitos)», (Expreso, 19 noviembre 2023).
Sin embargo, Boluarte ha desperdiciado la oportunidad de atraer el eje de la atención pública a estos desafíos y, por el contrario, propició su banalización con acciones desconcertantes y deplorables.
Una de ellas fue cambiar inopinadamente a los titulares de las carteras de Relaciones Exteriores y de Comercio Exterior y Turismo (en este último, dos veces) que venían guiando las tareas relativas al encuentro APEC y estableciendo lazos para garantizar su éxito. A ello se sumó la declaratoria de emergencia en 14 distritos de Lima y Callao por 60 días, plazo que alcanza precisamente los días en los cuales los líderes extranjeros como Joe Biden y Xi Jinping debían arribar a nuestro país.
Entrevistado por quién esto escribe en el programa PERU CONSTRUYE (Willax TV y PBO radio), el ex ministro del MINCETUR Juan Carlos Mathews reveló que solía levantar la mano en las sesiones del Gabinete presidido por Gustavo Adrianzén para solicitar prudencia cuando se hablaba de tomar esa medida extrema pues era evidente que perjudicaría directamente el turismo receptivo. Al parecer, ahora no hay alguien que exija sensatez en las altas esferas del Ejecutivo. El magnífico trabajo realizado por Torre Tagle y otras áreas en torno a APEC puede quedar desbaratado si la gran mayoría de los líderes del Foro optan por no venir y delegar su representación.
Y en cuanto al bicentenario, la ausencia de Boluarte en la ceremonia realizada en las pampas de Junín el pasado 06 de agosto (arguyendo un resfriado) le quitó prestancia a la conmemoración y valor a su significado. Lo que haga o deje de hacer el próximo 09 de diciembre (batalla de Ayacucho) carece de importancia.
La gobernante ya perdió los hitos. La indignación ciudadana contra ella es profunda e insalvable.