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OPINIÓN/ Kast

Escribe:  Luis Gonzales Posada

En 5 días, el próximo 11 de diciembre, el candidato derechista de Chile, José Antonio Kast, debe ganar la segunda vuelta de la elección presidencial. Las últimas encuestas proyectan que alcanzará 56% de votos frente a 35% de la representante del Partido Comunista, Jeannette Jara, apoyada por el actual mandatario, Gabriel Boric; una distancia de 21 puntos, imposible de remontar.

Kast perdió los comicios del 2017 y 2021, pero continuó participando activamente en la vida política. De profesión abogado, ha sido diputado 16 años por la Unión Democrática Independiente ( UDI ).

Desciende de migrantes alemanes. El padre, Michel Kast Shindele, fue miembro del Partido Nacionalista Obrero (nazi) y su hermano Miguel ministro de Trabajo y presidente del Banco Central de Reserva durante la dictadura del general Augusto Pinochet.

Hace una semana, Kast visitó la línea de la Concordia e hizo el truculento anuncio de que expulsará a todos los migrantes ilegales, en su mayoría venezolanos. Dijo, «quedan 111 días para que se vayan voluntariamente. Si no se van, vamos a sacarlos y no van a volver nunca más. Están advertidos»; para luego emplazar al presidente Boric que «tome un avión de Punta Arenas y se traslade a Arica».

Kast, líder del Partido Republicano, anunció, asimismo, que su gobierno sancionará a quienes actúen de cómplices, transportando, entregando mercaderías o cualquier ayuda a los ilegales. De acuerdo al censo del 2024, en Chile viven 790 mil venezolanos, de los cuales 137 mil son irregulares y 2,200 están en la cárcel, incluyendo una rama del sanguinario Tren de Aragua.

Se entiende que la amenaza de Kast apunta a expulsarlos a su patria, pero nada indica que Maduro acepte recibirlos. Recordemos que en diciembre del 2021, el entonces presidente Pedro Castillo acudió al aeropuerto para asistir al despegue de un avión que trasladaría 41 personas al país llanero, algunos con antecedentes penales, pero el operativo se frustró porque Caracas no autorizó el aterrizaje de la aeronave.

Kast también ha dicho que que los migrantes «saldrán por donde ingresaron»; es decir, muchos por el Perú y se compromete a colocar zanjas, vallas, equipos de video vigilancia y sensores eléctricos en la línea de frontera.

El político chileno desconoce que el Perú debe autorizar esos ingresos porque los venezolanos necesitan visa para venir a nuestro país, un detalle que tal vez ignora el controvertido político.

Promete mano dura para combatir la delincuencia atendiendo que el 87% se sienten indefensos y, ante ello, planea construir penales de máxima seguridad para jefes del narcotráfico o de bandas criminales, a quienes mantendrá en completo aislamiento y sin beneficios penitenciarios.

Mas aún, la propuesta estrella de Kast es una ley que sancione la migración clandestina con cárcel entre 61 a 540 días.

Lo que resulta poco inteligente y pragmático es confrontar con un país vecino, entre otras razones porque tenemos una frontera común de 169 kilómetros, un Tratado de Libre Comercio, además de parte de la Comunidad Andina de Naciones y de la Alianza del Pacífico.

Para evitar una confrontación entre peruanos y chilenos, ha sido positivo que Torre Tagle promueva una reunión bilateral para abordar la problemática de los migrantes, y que, igualmente, desplace contingentes militares y policiales en resguardo de nuestra soberanía.

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