Con un muestrario del trabajo de 34 agrupaciones, libro Sikuris reivindica los distintos estilos del instrumento de viento que se practican en la capital.
1
El sikuri, siku o sicuri es un instrumento tan ubicuo, sencillo, fácil de ejecutar y de transportar, que cuesta muchas veces dar crédito a su impronta y a la diversidad de estilos que lo definen.
Nos referimos al instrumento panandino por antonomasia. Que acompaña al hombre de los Andes Centrales desde tiempos precolombinos y hoy lo ejecutan miles de personas en cientos de tropas en el Perú (su origen), Bolivia, norte de Chile y norte de Argentina.
Un instrumento de viento con un sentido colectivo per sé: se necesita un mínimo de dos ejecutantes para “trenzar” y darle vida a las melodías. Y en múltiplo de dos crecerán los integrantes de las tropas.
Un instrumentista se encargará de ejecutar las notas de la fila de la “ira” o “macho” (conformada por seis tubos) y el otro, el de la “arca”, o “hembra” (siente tubos). Solo juntos darán vida a las melodías, en un sonido llamémosle estéreo.
A veces girando alrededor de un bombo único; otras, ejecutando cada uno siku y bombo, haciendo retumbar la tierra y los vientos, para beneplácito de la Pachamama.
2
A pesar de la ausencia de este fenómeno cultural en los grandes medios, en Lima y el Callao tiene una gran divulgación en colegios, universidades, institutos, barrios, iglesias desde mediados del siglo XX.
Fue gracias al arribo de ciudadanos puneños que se logró la gran promoción e impacto del siku por diferentes distritos y escenarios limeños. El sicuri se arraigó y su sencilla belleza sonora tomó diversos caminos. Por ejemplo, se vuelve el acompañante musical predilecto de marchas de diversas vindicaciones sociales; se generan encuentros y concursos donde la fuerza de la ejecución va de la mano de las coreografías y la elegancia de las vestimentas.
3
El Consejo Andino del Siku y del Sikuri de la Región Lima (Coansik Lima) ha publicado Sikuris. Siku y Sikuri Patrimonio Cultural de la Nación. Es un material laudable. Un catálogo que, considero, realiza cinco aportes sobre la presencia del instrumento en Lima.
Primero, logró antologar el trabajo de 34 agrupaciones dedicadas a la difusión del sikuri en Lima. ¡Y nos dicen que es solo un muestrario!
A la par de elencos históricos, como la Asociación Juvenil Puno – Sicuris 27 de Junio Elenco de Danzas Candelaria Herrera – Filial Lima, y la Asociación Juvenil Puno, ambas fundadas en 1970, aparece un importante número de agrupaciones que iniciaron sus labores de promoción del siku en los ochentas y noventas.
Hasta llegar a agrupaciones fundadas en lo que va del siglo XXI. Me detengo en la Asociación Cultural Zampoñas “Sikumetal”, creada en 2024, para hablar del segundo aporte del libro: la presentación de diversos estilos del sikuri que se practican en Lima.
Los mencionados de Sikumetal, por ejemplo, reivindican el uso del siku de metal al estilo Tacna, mientras que el Proyecto Cultural Achachis se inspira en las culturas Nasca, Caral y Mochica con una mira más novoandina.
Hay tradición y modernidad en la identidad de cada colectivo de sikuris. Varias agrupaciones son filiales de sus pares de la región Puno, y practican los estilos tradicionales del sikuri y el uso de sus trajes típicos, como el Centro Cultural de Expresión Andina Yawar Wayna Lima (que combina sicuris y ayarachis); Agrupación de Zampoñista del Altiplano del Barrio Huajsapata Filial Lima; la Asociación Juvenil Puno – Sicuris 27 de Junio Elenco de Danzas Candelaria Herrera Filia Villa El Salvador; y el Conjunto de Sikuris Yatiris de Characruz Huancané – Puno, verbigracia.
Anoto también sobre las conformaciones de los colectivos. En el imaginario, el sikuri tiene un fuerte componente masculino, pero los grupos, hoy por hoy, son heterogéneos: todos, como la Asociación Cultural Josafat Roel Pineda (fundada en 1989) y el Centro Cultural Rimaq Wayra 20 de Abril (2005), son integradas por hombres y mujeres. Y menciono al Grupo Musical Cori Warmi, integrado solo por damas. Diversas fuerzas en la ejecución que le dan una policromía al sonido de “ira” y “arca”.
Las agrupaciones fueron formadas, en su gran mayoría, en distritos populares como San Juan de Lurigancho, Comas, San Martín de Porres o Independencia, siempre apuntaladas por migrantes puneños o profesores.
4
El tercer aporte del volumen es la sistematización. Coansik ha promovido para que los propios conjuntos se preocupen por cuidar sus archivos fotográficos, y a ponerse de acuerdo para reseñar su historia común.
Cuarto, este libro se puede escuchar. Cada agrupación participa con la grabación de dos canciones: una creación propia y una recopilación. Así han obligado a los grupos a ensayar, a generar un repertorio y elegir lo mejor. Además, se ha escrito en partitura cada canción, para que futuros investigadores y músicos se interesen en el repertorio, y un código QR nos lleva a escuchar cada melodía. Dejo aquí el enlace para que escuche las 67 canciones: https://www.youtube.com/@COANSIKLIMA/videos
Encontrará en este cancionero, varias obras de gran calidad, que marcan el camino de hacia dónde va el sikuri en una ciudad mestiza, caótica posmoderna como Lima.
Y quinto, el libro promociona la relación entre música y pintura. En las páginas a todo color y en papel couché se lucen los 15 trabajos del Concurso Nacional de Pintura Siku y Sikuri Patrimonio Cultural de la Nación, que el Coansik organizó el año pasado. La portada del libro, que conjuga ese rol panandino del que hablé al inicio, es un trabajo de Juan Carlos Condori Tapara. Destaco también “Encuentro de sikuris”, de Alcides Catacora Pinazo.
El siguiente reto del Coansik es replicar el trabajo a nivel nacional. Tienen más de 300 agrupaciones y asociaciones inscritas, de las cuales un centenar están interesadas en dejar su legado.
Finalmente, este colectivo sueña junto con sus pares de Bolivia, Argentina y Chile que el sikuri sea reconocido como un Patrimonio Cultural de la Humanidad. ¡Fuerza, sicuris!
-Varios. Sikuris. Siku y Sikuri Patrimonio Cultural de la Nación. Lima, Consejo Andino del Siku y del Sikuri de la Región Lima (Coansik Lima), 2025. Pp. 95.
(*) José Vadillo Vila es periodista, escritor y cantautor. Ha publicado los libros Historias a babor (2003), Hábitos insanos (2013), Apus musicales (2018), El largo aliento de las historias apócrifas (2022) y Mostros (2024). Como cantautor tiene los álbumes Elemental (2002) y Primera parada (2016). Fue editor en el Diario Oficial El Peruano y director del Gran Teatro Nacional.