OPINIÓN/ Santa Rosa: Un despertar tardío que exige acción sostenida del Estado
Escribe: Julio Cesar Valdez Pomareda
Teniente General FAP
Es momento de actuar con firmeza. No más parches ni visitas relámpago. ¡Presencia real, continua y soberana!
Las recientes y desafortunadas declaraciones del presidente colombiano Gustavo Petro sobre la Isla Chinería, distrito de Santa Rosa, han desatado una oleada de reacciones por parte de las autoridades peruanas. Izamientos de bandera, declaraciones altisonantes y visitas relámpago de funcionarios han llenado los titulares y redes sociales con gestos patrióticos que, aunque necesarios simbólicamente, son apenas el barniz de un problema mucho más profundo: el abandono histórico del Estado en las fronteras del Perú.
La Isla Santa Rosa, en la triple frontera con Brasil y Colombia, representa hoy mucho más que un punto geográfico en disputa. Es un símbolo del olvido estatal, de una política de seguridad nacional y desarrollo fronterizo ausente o improvisada, donde el vacío dejado por el Estado peruano ha sido llenado por la minería ilegal, el narcotráfico, la tala indiscriminada, el contrabando y la trata de personas.
Estas economías ilícitas no solo destruyen el ecosistema amazónico y vulneran los derechos de los pueblos originarios, sino que, al mismo tiempo, socavan la soberanía nacional. Estos y otros delitos siguen ganando terreno día a día en nuestras fronteras, y los peruanos nos hacemos la sempiterna pregunta: ¿Dónde está el Estado?
No basta con ondear la bandera nacional un día si al siguiente el Estado se retira, no es suficiente que nuestras autoridades aparezcan «muy preocupadas», izando la bandera y dando discursos; pero mañana, el Estado volverá a desaparecer de la zona… como siempre.
La presencia nacional en nuestras fronteras debe ser constante, integral y estratégica. Se necesita más que operativos aislados o la simple presencia de algunas oficinas públicas. Requiere una política de Estado robusta que combine seguridad, desarrollo, infraestructura, salud, educación, conectividad digital y justicia.
En este contexto, es urgente reconocer que la Fuerza Armada debe asumir un rol central en la protección y control de nuestras fronteras amazónicas. Pero no puede hacerlo sola. Se requiere un esfuerzo conjunto de todos los sectores del Gobierno, bajo un comando único de coordinación nacional, con recursos adecuados y con voluntad política sostenida.
La solución no es solo simbólica: es estratégica, y una estrategia integral de frontera debe contemplar:
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Presencia militar permanente y disuasiva.
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Instalación y puesta en marcha de los antiguos UMARES (Unidades Militares de Asentamientos Rurales) a cargo del Ejército Peruano que existían en las décadas del los 80, 90, y que por alguna pésima decisión se desactivaron.
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Funcionamiento en un 100% del proyecto SIVAN-SIPAN a cargo de la Fuerza Aérea del Perú.
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Instalación de bases multisectoriales (salud, educación, agricultura, RENIEC, etc.).
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Inversión en infraestructura que conecte a estas comunidades remotas con el resto del país.
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Promoción de actividades productivas lícitas que sustituyan economías ilegales.
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Control migratorio efectivo con cooperación internacional.
El Perú no puede seguir reaccionando con tardanza, ni con simbolismos vacíos. La defensa de nuestra soberanía y el desarrollo de nuestras zonas fronterizas deben convertirse en una prioridad nacional. Porque donde el Estado no llega el crimen organizado avanza, donde no está el Estado manda el crimen, y donde flamea una bandera solo por un día, no hay soberanía real.
Ha llegado la hora de que el Gobierno pase del gesto a la acción, y de que entendamos que la frontera no es el fin del Perú, sino el inicio de su dignidad y autoridad como nación.
Es momento de actuar con firmeza.
No más parches ni visitas relámpago. ¡Presencia real, continua y soberana!
ISLA SANTA ROSA: ¡¡¡ BASTA DE GESTOS, HORA DE ACTUAR !!!
Excelente Julio, acertado oportuno tu artículo, el Estado debe estar presente permanentemente, además de cumplir con la Constitución indica y de promover conjuntamente con la Empresa y la Sociedad un desarrollo sostenido, para lo cual también la presencia de la FFAA para garantizar la seguridad, defensa y soberanía. Abrazos
También debería considerarse que la reapertura de itinerarios de vuelos de acción cívica desde Iquitos a todas localidades en las fronteras que estaban a cargo del Grupo 42, como anteriormente se realizaban y fueron cancelados por gestiones de las empresas comerciales ante la DGAC que con el argumento de competencia desleal, prohibieron las operaciones de la FAP, sin embargo ninguna de aquellas empresas cubrieron los indicados itinerarios y en todo caso si se realizaron fueron a costos prohibitivos dejando sin conexión a estas zonas. hasta la época de los 80’s todo las localidades del Putumayo, TANS con sus itinerarios TAN 02, 05 y 06, unian Gueppi, Soplí Vargas, Yubineto, Yabuyanos, Flor de Agosto, El Estrecho, Corbata, Remanso y Yaguas, Caballococha, Islandia y Ramón Castilla (Isla Santa Rosa).
Con los vuelos de Acción Cívica propuestos se conseguiría como ganancia primordial la INCLUSON de estas localidades al Gobierno Regional de Iquitos y al gobierno Central y como ulterior ganancia la capacitación de las tripulaciones del G42, es necesario para el cumplimiento de dicha propuesta, el gobierno central deberá considerar un presupuesto especial, en el pasado con las operaciones comerciales de TANS (Iquitos) se obtenía los fondos necesarios; deberá asimismo excluir estas operaciones operaciones del control de la DGAC debiendo ser considerados, los vuelos, como operaciones militar especial…
Seguimos como hace 200 años, es una enfermedad llamado centralismo.
A pesar del avance de la tecnología, esta no ha servido al país para llegar en donde más se necesita la presencia del estado peruano.
Proyectos muy importantes y bien elaborados, sin embargo carecemos de lo fundamental, la ejecución oportuna.