Putin creía que en 24 horas se rendía el ejercito de Ucrania. Se equivocó debido a la heroica resistencia del pueblo ucraniano.
Tres años después de la invasión rusa de Ucrania, es realmente indignante que, con el pretexto del reconocimiento de una real politik, ahora los cripto admiradores del déspota y dictador Vladimir Putin salgan a validar la estrategia del presidente de EEUU, Donald Trump que ha iniciado negociaciones directas con el genocida ruso para resolver el futuro de Ucrania, prescindiendo de los ucranianos e inclusive de sus socios europeos de la OTAN y, evidentemente, empeñado en llegar a un acuerdo de paz a cualquier costo para Ucrania.
Inclusive pretende cobrar la ayuda otorgada por EEUU a Ucrania por cerca de 95 mil millones de dólares con la entrega de los recursos de minerales raros de esa nación valorizados en 500 mil millones de dólares (parte de los cuales han sido tomados por los rusos)
Para quienes hoy tildan de “payaso” a Zelensky hay que recordarles que, al comienzo de la invasión en febrero del 2022, Zelensky le respondió a Joe Biden, ante la oferta de ayudarlo a salir de su Ucrania, que más bien lo apoyara con armamento para repeler al invasor al que, con coraje y valentía, dejó con los crespos hechos: Putin creía que en 24 horas se rendía el ejercito de Ucrania. Se equivocó debido a la heroica resistencia del pueblo ucraniano.
Es necesario también recordar las diferentes posiciones de Putin quien, luego de 26 años de ejercicio del Poder, tiene un ego digno de mejor causa: en el 2005, a sólo seis años de sentarse en el Kremlin con carácter “provisional”, declaró que si Ucrania quería entrar a la OTAN “respetaremos esa elección, porque es su derecho soberano decidir sobre su política de defensa y esto no malogrará las relaciones entre nuestros países”.
Hoy, después de reconocer en un extenso ensayo la verdad de su política imperialista y su voluntad de emular al zar ruso Pedro el Grande, ha declarado que es inaceptable que Ucrania ingrese a la OTAN desconociendo su existencia como nación, tildando falsamente de nazi al gobierno ucraniano y ejecutando en las zonas que su ejército ha ocupado, con centenares de miles de muertos, una política de persecución política, cultural, religiosa e ideológica sólo comparable a las que en su momento ejerció la Unión Soviética de cuyo régimen totalitario el formó parte.
Trump está en su propio juego aislacionista y nacionalista , sin ocultar su admiración de antaño por Putin ,y desarrollando una agresiva política para, en sus términos, hacer nuevamente “grande” a Estados Unidos a costa de enfrentamientos con sus aliados tradicionales y el lanzamiento de ideas inaceptables como recuperar por la fuerza el canal de Panamá ,pero tiene toda la razón cuando comienza a desmantelar el “Estado profundo” y a desenmascarar la farsa “woke” o caviar que se había apoderado de la cooperación internacional de EEUU a través del AID.
(*) Presidente de Perú Acción Presidente del Consejo por la Paz