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OPINIÓN/ Última mesa directiva del Congreso unicameral

Escribe: Pedro Morales Mansilla

LXIV aniversario de la fundación de Acción Popular | Fernando Belaunde | Pedro Morales Mansilla | | Política | La República

necesitamos una Mesa Directiva de despedía del unicameralismo que actué con lealtad a los intereses del país. Sí, eso esperamos los ciudadanos.

El próximo 26 de julio el Congreso, al amparo y fines de los artículos 27 y 33 de su Reglamento, deberá elegir al presidente y tres miembros de la nueva Mesa Directiva que asumirá su conducción en el último periodo anual de sesiones del periodo 2021-2026 y, además, pondrá fin al Congreso Unicameral, dando paso a la instalación del Congreso Bicameral de 130 diputados y 60 senadores, con la particularidad que la elección de los senadores tendrá dos niveles de votación, regional y nacional.

Faltan menos de diez días para conocer el resultado de las “negociaciones” en la conformación de las listas que disputarán el manejo de esta instancia parlamentaria, aunque ya se adelantan decisiones, como la negativa a presidir la última Mesa, precisamente de las dos agrupaciones que han manejado a su gusto y antojo los destinos del actual Congreso y, sobre la conformación de una lista cuyos miembros garantizarían el continuismo del estilo que ha desgraciado la legitimidad de la institución parlamentaria.

De los cubileteos que se observan, es fácil deducir que, tanto a Fuerza Popular como a  Alianza Para el Progreso, bancadas que “mejor” han usufructuado del contubernio apoyado en Perú Libre y la rotación anual de los comodines satélites en la Mesa, más les interesa distraer la memoria ciudadana buscando “perfil bajo” y deslindar con el gobierno de Dina pasándose a la oposición con fines electoreros, antes que ser consecuentes y asumir con hidalguía lo que han hecho, asumiendo la presidencia de la Mesa hasta el último momento.

En este contexto parlamentario, cabe preguntarnos, entonces, qué esperamos los ciudadanos este 26 de julio, finalizado el conteo de los votos congresales que elegirán la nueva Mesa Directiva. Considero, nada bueno. Por lo menos, porque, hasta el momento que escribo este texto, solo hay una propuesta de lista conformada por cuatro congresistas con mochilas de cuestionamientos que, de ganar, agudizarían la vergüenza ajena que sentimos por el actuar del actual Congreso, por lo que representan en lo personal y por la ausencia de compromiso con el restablecimiento de la ética pública congresal.

Ojalá pueda surgir otra propuesta producto de la sensatez de la mayoría de congresistas y que su voto sea consecuencia de un análisis que considere por ejemplo que; la negativa de dirigir la Mesa en las postrimerías del periodo no es leal desprendimiento del poder político que ofrece;  sino, estrategia electorera y que, la evidente angurria por llegar a con la Meza  en las postrimerías del periodo, no es  una actitud  de desprendimiento y compromiso de mejorar la imagen institucional, sino, reitero, por los antecedentes  de los miembros de la lista que ya se anunció,  será seguir con más de los mismo que nos avergüenza.

Insistimos, el Congreso es la institución que con más  urgencia necesita un shock de valores, aunque  la esperanza de que ello sucede se traslade  a la calidad de votación en las próximas elecciones del 2026; sin embargo,  una nueva Mesa,  conformada por  gente que  no tenga cuestionamientos, puede augurarnos  el giro que elimine lo nocivo como  los despropósitos legislativos de contrarreformas, favorecer la ilegalidad y la corrupción; así como, la  llamada semana de representación, descaradamente utilizada para compaña política de los que buscan su reenganche  en el próximo parlamento, sin pedir licencia ni  descuento de haberes.

Hay una larga lista de hechos que han deslegitimado la representación política congresal que necesitan erradicarse, con una nueva y bien intencionada visión, que además sirva de base para instalación del bicameralismo. La eliminación de programas innecesarios, desmontar el descomunal incremento de personal, reajuste de gastos corrientes y un austero manejo de los presupuestos que hagan la diferencia con el despilfarro de los últimos periodos.  En suma, necesitamos una Mesa Directiva de despedía del unicameralismo que actué con lealtad a los intereses del país. Sí, eso esperamos los ciudadanos.

Lima, 17 de julio de 2025.

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