DESTACADASMUNDO

PARAGUAY se suma a la dignidad diplomática: reconoce la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara y abre camino a la paz

En un gesto de madurez política y compromiso con la estabilidad regional, Paraguay ha reconocido oficialmente la soberanía de Marruecos sobre su Sáhara y ha anunciado la próxima apertura de un consulado en las provincias del sur del Reino. La declaración fue realizada por el ministro de Relaciones Exteriores paraguayo, Rubén Darío Ramírez Lezcano, tras reunirse en Nueva York con su homólogo marroquí Nasser Bourita, en el marco de la 80.ª Asamblea General de las Naciones Unidas.

Ojalá el Perú, alguna vez pionero en causas justas, recupere su vocación internacionalista y se atreva a mirar más allá de sus inercias.

 

Este anuncio no es menor: Paraguay se incorpora a una dinámica internacional que ya cuenta con el respaldo de más de 100 países, y que ha llevado a más de 30 Estados a establecer consulados en Dajla y El Aaiún, reconociendo de facto y de jure la legitimidad de la propuesta marroquí de autonomía como solución definitiva al conflicto del Sáhara Occidental.

La decisión paraguaya se inscribe en una corriente diplomática que privilegia el realismo, la legalidad internacional y la paz duradera. Marruecos, desde 2007, ha presentado ante la ONU un plan de autonomía que otorga al Sáhara competencias políticas, administrativas y financieras sustanciales, respetando la soberanía nacional y los principios de negociación mutua. Este modelo ha sido calificado por países como España, Francia, Alemania, Estados Unidos y Guatemala -entre muchos otros- como la propuesta “más seria, creíble y realista” para resolver un conflicto que por décadas ha alimentado tensiones y bloqueado el desarrollo regional.

Además de su dimensión política, el plan de autonomía ha demostrado ser motor de desarrollo y cooperación Sur-Sur. Marruecos ha convertido el Sáhara en una vitrina de progreso: infraestructuras modernas, zonas industriales, energías renovables, plataformas agroexportadoras, turismo sostenible y digitalización empresarial. Proyectos como el Puerto Atlántico de Dajla, el Gasoducto Nigeria-Marruecos y las alianzas con países africanos sin litoral son prueba del compromiso marroquí con un desarrollo inclusivo y estratégico.

En este contexto, la postura del Perú resulta dolorosamente miope. Mientras naciones latinoamericanas como Paraguay, Guatemala, El Salvador y Panamá se suman a esta dinámica de reconocimiento y cooperación, el Perú permanece anquilosado, atrapado en una visión diplomática que ignora los beneficios concretos de apoyar una solución política respaldada por la comunidad internacional. No se trata de alineamientos ideológicos, sino de coherencia con los principios de paz, desarrollo y respeto mutuo.

La próxima visita del presidente paraguayo Santiago Peña Palacios a Marruecos será más que un gesto bilateral: será una afirmación de que la diplomacia puede construir puentes donde otros solo ven muros. Y que América Latina, cuando actúa con visión, puede ser parte activa de las soluciones globales.

Paraguay ha dado un paso firme hacia la historia. Ojalá el Perú, alguna vez pionero en causas justas, recupere su vocación internacionalista y se atreva a mirar más allá de sus inercias.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *