(El Montonero).- El directorio de Petroperú emitió un comunicado exigiendo que el Ejecutivo defina una posición sobre “la situación insostenible de la empresa estatal”. En el pronunciamiento se agrega que desde mayo se sigue esperando la respuesta del Ejecutivo y que existen las siguientes alternativas: continuar con la inyección de dinero, iniciar la reestructuración empresarial o aceptar la quiebra y liquidación de la empresa.
Situación de la petrolera es insostenible para el modelo económico
El comunicado del directorio de Petroperú, en el acto, nos recordó las tragedias que desencadenó el Estado empresario del velascato, cuando se crearon alrededor de 200 empresas estatales que creaban déficits fiscales sobre el 10% del PBI, y que desataron una de las hiperinflaciones más dramáticas de la historia de la humanidad y el empobrecimiento de más del 60% de los peruanos.
La situación insostenible de Petroperú se registra en el preciso momento que el déficit fiscal se descontrola en el Perú, a tal extremo que en el Congreso la bancada de Renovación acaba de señalar que si el ministro de Economía (MEF), José Arista, autoriza un nuevo rescate de la petrolera estatal el mencionado grupo parlamentario presentaría una moción de censura. Interesante reacción en defensa de la macroeconomía nacional, al margen de cualquier diferencia.
Lo cierto es que la situación de Petroperú es devastadora. La deuda acumulada de Petroperú es del orden de los US$ 8,500 millones en bonos, deudas a proveedores, obligaciones en Europa y deudas con el Estado. De ese total de deuda alrededor de US$ 3,000 millones corresponden a los bonos emitidos para financiar la absurda modernización de la Refinería de Talara. Pero siguen los datos escalofriantes. Desde el 2016 hasta la fecha el Estado, mediante aumentos de capitales y préstamos, ha asistido a Petroperú con más de US$ 4,000 millones. Por otro lado, según los estados financieros de la empresa estatal, durante el gobierno de Dina Boluarte se han perdido US$ 1,500 millones en el patrimonio de Petroperú.
Según diversas informaciones, el comunicado terminal del directorio de Petroperú tiene que ver con que ahora la empresa estatal necesita un rescate de US$ 1,400 millones para continuar en operaciones. De lo contrario, entraría en un cese de pagos inmediato.
¿Qué hacer frente a esta dramática situación, considerando el descontrol del déficit fiscal en el país? Vale anotar que el déficit fiscal del 2023 estaba proyectado en 2.4% del PBI, pero se acumuló un déficit de 2.8% con una extraña operación que adelantaba las utilidades del Banco de la Nación. De lo contrario, el déficit se disparaba al 3% y el Perú perdía el grado de inversión. Para este año el déficit estaba proyectado a 2%; sin embargo, el Ejecutivo acaba de elevar la meta a 2.8%. Pero lo más grave es que el déficit acumulado a julio de este año suma el 4% del PBI, una cifra que vuelve imposible cumplir la propia meta fiscal del Ejecutivo.
En este contexto, si el Ejecutivo autoriza un rescate inmediato de US 1,400 millones podría estar haciendo volar por los aires cualquier meta fiscal. Y la pérdida del grado de inversión –que costó sangre, sudor y lágrimas a varias generaciones de peruanos– estaría a la vuelta de la esquina. Sin embargo, declarar la quiebra inmediata de la petrolera estatal podría movilizar a los acreedores internacionales de los bonos de Petroperú (US$ 3,000 millones) a reclamar al Estado peruano en su condición de accionista de la petrolera estatal (los bonos no están garantizados por el Estado). Este tipo de demandas y pagos suelen ser inmediatos, por lo que los efectos sobre el déficit fiscal pueden agravarse.
Es en este contexto que el Ejecutivo, el Legislativo y los peruanos de buena voluntad deben buscar una solución para superar este lastre del Estado empresario, que se prolongó en las últimas décadas por las terribles influencias de la izquierda en la política nacional.