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PETROPERÚ Y EL PELIGRO DE DESCONTROL DEL DÉFICIT

En medio de la judicialización generalizada de la política y los debates nacionales continúan el desmantelamiento de pilares del modelo económico de las últimas tres décadas, que posibilitó cuadruplicar el PBI y reducir la pobreza del 60% de la población a 20%, antes de la pandemia (luego de Pedro Castillo este flagelo ha aumentado a 29% de la población).

El Ejecutivo prepara un nuevo rescate financiero de Petroperú

Diversas versiones señalan que el Ejecutivo se aprestaría a desarrollar un nuevo rescate financiero de Petroperú, la empresa estatal de petróleos que desangra los recursos fiscales y se convierte en una amenaza real en contra del control del déficit fiscal. Ha trascendido que en el Ministerio de Economía y Finanzas y en el Ejecutivo ya habría luz verde para desarrollar una inyección de US$ 2,200 millones a la quebrada empresa estatal, de los cuales entre US$ 1,000 y US$ 1500 millones se otorgaría como préstamos avalados por el Banco de la Nación.

Vale recordar que, hasta la actualidad, el Banco de la Nación, ya ha otorgado líneas de crédito a Petroperú por el orden de los US$ 1,800 millones. De esta manera los fracasos e ineficiencias de la empresa de petróleos no solo han quebrado al propio Petroperú, también han puesto al Banco de la Nación al borde del abismo. Los inevitables resultados de las empresas estatales en América Latina y el Perú.

En este contexto, vale preguntarse, ¿cuál es el papel del Ministerio de Economía y Finanzas? ¿Acaso el sector Economía, antes el despacho más poderoso que defendía el modelo económico, ahora se ha rendido a los populismos y estatismos de los políticos de izquierda? Desde el gobierno de Pedro Castillo el MEF ha venido perdiendo todo lo que siempre representó desde las reformas económicas de los noventa.

Si bien es verdad que el desmanejo del déficit fiscal en el gobierno de Dina Boluarte tiene que ver con la recesión y la baja recaudación del 2023, es incuestionable que los sucesivos rescates financieros de Petroperú también son factores importantes. El déficit en el 2023 estaba proyectado en 2.4% del PBI; sin embargo, se llegó al 2.8%. Por otro lado, para el 2024 el déficit estaba proyectado para 2%; no obstante, el Ejecutivo y el MEF solicitaron ampliar la trayectoria fiscal al 2.5%. En vez de reducir gastos en medio de un rebote de la economía, el Ejecutivo prefirió seguir expandiendo el gasto estatal.

Vale informar que hasta el 2022 los rescates financieros de Petroperú representaron para el fisco US$ 4,000 millones. Igualmente hay que subrayar las cifras escalofriantes del fracaso de Petroperú. Según los estados financieros presentados por la empresa estatal de petróleo a la Bolsa de Valores, la deuda de corto plazo de Petroperú es de US$ 4,468 millones y la deuda de largo plazo representa US$ 4,064 millones. Las deudas con proveedores suman US$ 1,987 millones, las deudas de capital de trabajo llegan a los US$ 2,794 millones y las pérdidas netas US$ 183 millones.

En este contexto, la única manera de detener el desangramiento de los recursos fiscales, que pone en peligro los grados de inversión alcanzados por el Perú –por el descontrol del déficit– conseguidos a través del esfuerzo de varias generaciones, es avanzar hacia un proceso concursal ante Indecopi, en el que Petroperú y los proveedores reestructuren la deuda y corto plazo e inicien una reingeniería corporativa de la petrolera estatal.

Es el único camino para que el desmanejo del déficit no ponga en peligro toda la economía nacional.

TOMADO DE: EL MONTONERO

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